Los vecinos alertan de que la falta de limpieza ha hecho rebrotar las plantas de estramonio, una especie alucinógena arrancada en 2013
El parón inmobiliario deja solares sin vallar que se empiezan a utilizar como aparcamiento de camiones
Vivir con vistas a la Fórmula 1 fue la promesa que se hizo a los primeros vecinos de las Moreras, pero la realidad es que este barrio limítrofe con Nazaret, el corredor mediterráneo y el viejo cauce ha empezado a acumular todos los problemas de una zona inacabada. La aparición de los primeros vertederos ilegales ha disparado todas las alarmas, en una parte de la ciudad donde prácticamente no hay ningún solar vallado y el efecto llamado puede ser inmediato.
Julio Moltó, portavoz de la asociación vecinal de Nazaret, destacó ayer también el aparcamiento de camiones en algunas de las parcelas, el abandono de la plataforma de la línea 2 del metro y quejas por picaduras de pulgas en jardines donde el césped tiene una altura de dos palmos, sin segar desde hace tiempo.
La única mejora que han conseguido los vecinos es la prolongación de la línea 95 de la EMT, aunque no lograron lo mismo con la línea 3. Eso sí, Carlos, uno de los residentes, recordaba ayer que sólo hay un comercio en las fincas acabadas, un salón de estética y belleza, por lo que los residentes deben acudir al mercado municipal de Nazaret, un supermercado o la tienda de la gasolinera. «No hay nada más en los alrededores», comentó este residente.
Las Moreras fue una promoción nacida al calor del boom inmobiliario, con una torre imponente y fincas de menor tamaño que recaen al viejo cauce. En este tramo está pendiente la construcción de un colector de aguas pluviales, de momento sin plazos por parte de la Generalitat. En la primera edición de la Fórmula 1 se colocaron tuberías para inyectar oxígeno con el que evitar la pudrición de las aguas.
«Este verano no huele mal, pero la verdad es que no he visto esa máquina», comentó otro vecinos, quien prefirió mantenerse en el anonimato. El anterior recordó cuando a mediados de 2013, el Ayuntamiento ordenó la eliminación de todo el estramonio de los solares y terrenos ribereños con el cauce, al ser una planta alucinógena y potencialmente peligrosa. «Como no se ha vuelto a repetir, esto está otra vez lleno con esa planta», afirmó.
Moltó señaló el mal estado de conservación de la antigua estación de Nazaret, el único resto ferroviario que se conserva del trazado que llevaba antes de la riada de 1957 hasta la estación de Jesús. La crecida del Turia acabó con todo eso.
«Hace unos meses nos llamaron desde la concejalía de Desarrollo Urbano para preguntarnos por la propiedad de la estación. Deseaban hacer una permuta o algo así para rehabilitar la estación, aunque no sabemos nada más», afirmó Moltó.
Sobre la ocupación de las fincas, Carlos señaló que ha mejorado poco a poco. «Mi finca está algo por encima de la mitad», consideró, para señalar la ausencia de comercios. De las parcelas sin edificar, comentó que la mayoría «estaban en manos del mismo promotor, que fue a la quiebra, por lo que ahora deben ser de los bancos acreedores».
Una de las últimas promociones fue un edificio de oficinas de una empresa naviera, mientras que justo al lado se sitúa el refugio municipal de animales exóticos. La falta de mantenimiento del puente de la inacabada línea de tranvía empieza a ser un peligro para los viandantes, afirmó Moltó, mientras que en algunos solares todavía quedan restos de la urbanización del barrio, como varias bocas de hormigón de la red de alcantarillado.
Lo más urgente es, comentó uno de los vecinos, la limpieza de los solares, jardines y la limpieza de los vertederos. «Estos días hemos visto ya las brigadas de jardinería, pero hay mucha falta de poda, como ocurre con las moreras», dijo en referencia al arbolado plantado en memoria del nombre del barrio.
El aislamiento es otro de los problemas. El retraso en la prolongación del túnel de Serrería es ya crónico, después de varios intentos con el Ministerio de Fomento para que programara las obras, una iniciativa que se remonta a los mandatos anteriores, hasta llegar al Gobierno socialista de Zapatero. Por la parte norte, el problema llega por la pasarela ‘cuc de llum’ construida para la Fórmula 1 y que nunca se volvió a abrir fuera de las carreras. La infraestructura está arrasada hasta los cimientos por robos y saqueos.