Susa y Hortensia pasarán a la historia como las falleras mayores de la celebración del 125 aniversario de Convento, una responsabilidad que empezaron a asumir tras la imposición de las bandas.
Las máximas representantes de Convento Jerusalén, Susa García Pérez y Hortensia Ferrer Roig, han vivido un fin de semana de ensueño. Los falleros de su comisión rindieron a las dos jóvenes un cálido homenaje en las exaltaciones celebradas en Campo Aníbal.
Susa García, cuya familia regenta La Casa de los Caramelos, lució un espolín de la Compañía Valenciana de la Seda de nombre ‘Tetuán’ en rojo espinela tejido con 42 colores de trama, con puntillas de duquesa, manteletas de Chelo y aderezo de Art Antic. El traje fue confeccionado por Amparo Fabra, que también creó el traje de Hortensia Ferrer Roig, nieta de Juan Roig y de Hortensia Herrero.
La niña apostó por un espolín de nombre ‘Óvalos’en color nácar de Garín, puntillas de duquesa y manteletas de Hojas de Carmen Esteve y aderezo de joyería Gracia con turquesas y esmeraldas.
En la exaltación del viernes, Susa García, que estuvo acompañada por el presidente de Convento, Santiago Ballester, y por 430 invitados, contó como mantenedora con Gloria Luna del Valle, que fue fallera mayor de Convento hace tres años y realizó un emotivo y acertado discurso en el que reveló la amistad que las une. La madre de Susa también hizo un parlamento para ensalzar a su hija y recordar al padre, Vicente García.
La visitaron la agrupación de Fallas Centro; la Federación de Especial; la Casa valenciana de la Rioja; la gallata número 1 de Castellón y autoridades como Javier Cuasante, jefe superior de la Policía Nacional; Ignacio Villarrubia, comandante militar de Marina; José Hermida, general de la Guardia Civil; Amador Escalada, coronel de la Guardia Civil y Luis Santamaría portavoz de la gestora del PP en Valencia.
Hortensia Ferrer vivió su sueño el domingo, junto a su presidente infantil, Álvaro Lacruz Ots y medio millar de invitados. El mantenedor fue Vicente Genovés, presidente del Colegio de la Seda, edificio restaurado por la fundación Hortensia Herrero. Luego, 30 niños pusieron en escena el musical ‘La Bella y la Bestia’.