Santi Vila, el único conseller que dimitió antes de la DUI, ha asegurado ante el Supremo que el referéndum «mutó claramente a una gran movilización política» y que él actuó como interlocutor porque en el Govern y en el Gobierno «había más moderados y centristas de lo que se acostumbra a publicar».
Vila, repudiado por buena parte del independentismo y que se enfrenta a una petición fiscal de siete años de cárcel por malversación y desobediencia, ha apuntado que espera «regenerar» a «medio plazo» su relación con el expresidente Carles Puigdemont.
Esas son diez frases que resumen la declaración de Vila en el Supremo, donde ha contestado al fiscal Fidel Cadena, a la Abogada del Estado María José Seoane y a su abogado, Pau Molins:
? «La legislatura se empezó con una presión muy fuerte por parte de ciudadanos y partidos para que el Govern tomara iniciativas nítidamente unilaterales… pero Puigdemont tomó una decisión, una argucia, para desescalar en la tensión y en la presión: anunciar por sorpresa que iba a convocar un referéndum».
? «Desde que el Tribunal Constitucional suspende la Ley del Referéndum, cae inmediatamente la Sindicatura Electoral y todas las iniciativas y el referéndum muta claramente de referéndum a una gran movilización política que tuvo un gran sentido y que personalmente yo nunca reconocí como referéndum».
? ¿Cómo se financió el 1-O? «Le dije a la juez Lamela que no tenía ni idea, pero intuitivamente, especulativamente, creo que se había financiado por mecenas catalanistas comprometidos con la iniciativa y dispuestos a sufragar estos gastos. Cuando me interesé por estas gestiones, Puigdemont siempre me aseguró: estate tranquilo, que no gastaremos ni un euro del erario público».
? «Algunos apoyábamos de forma instrumental que esa movilización (independentista) sirviera para sacar del inmovilismo al presidente del Gobierno (Mariano Rajoy), que legítimamente, en aquellos momentos, a pesar de que mantuvo siempre vías de diálogo abiertas, no supo ni nosotros supimos, crear las condiciones de confianza adecuadas para que eso precipitara algún tipo de negociación».
? «Teníamos la obligación de ser el gobierno de todos… de los que habían participado el 1-O pero también era nuestra obligación ser el gobierno de los más de dos millones que se habían quedado en casa, incluso abrumados, temiendo lo que podría pasar en las próximas semanas, que auguraban un conflicto institucional».
? «Algunos tuvimos hasta el último segundo la convicción de que no se llevaría a cabo el 1-O. Se llevó a cabo. Fue muy desgraciado y triste. Es una herida que nos acompañará toda la vida, haber visto las cargas policiales, señoras por los suelos. Todos podríamos haber sido más responsables». «Si fuera ahora, igual haríamos las cosas de otra manera y habríamos encauzado el conflicto de otra manera…lo que ocurrió en Cataluña es impropio de una sociedad avanzada y moderna».
? «Se inició una aproximación con interlocutores políticos, religiosos, del mundo de la empresa, institucionales, que de buena fe, sin interés espurio, querían evitar el despropósito, que aquello acabara mal. Yo formé parte de ello, con orgullo. El miércoles 25 de octubre (cuando Puigdemont se decanta por las elecciones anticipadas) lo habíamos conseguido y nos fuimos a dormir con aquella sensación de paz interior de decir que no íbamos a tomar ninguna decisión unilateral».
? «¿Qué nos pasó? Que lo que habíamos acordado discretamente y sin publicidad, el clima de desconfianza y la tensión era tan fuerte que al día siguiente se torció…si no nos vemos capaces de justificarnos ante nuestro electorado, ante los jóvenes, porque somos aprendices de mago ante la presión de las redes sociales, que estaban llamando traidor y cobarde a Puigdemont y creaba confusión general en el estado de ánimo…yo me voy y dimito». «Yo dimito frustrado».
? Sobre la ley de transitoriedad: «la reprobé públicamente porque era innecesaria y además muy disparatada, ni un alumno de primero de derecho la habría asumido».
? «No podemos hablar de negociación, que es pretencioso, pero sí de interlocución, de aproximación. Yo lo llevé a cabo por orden de Puigdemont… porque, en contra de lo que se acostumbra a publicar, había mucho más moderado y centrista en los dos gobiernos que lo que a veces se relata. Había muchos miembros del Gobierno y creo también que en buena parte del Govern muy muy muy comprometidos en intentar buscar la manera de encauzar lo que parecía un conflicto institucional impropio de nuestros tiempos modernos».
Fuente: La Razón