La Diputación niega las ayudas al Colegio de la Seda para restaurar la Senyera

La institución provincial tampoco concede una subvención al gremio de artistas falleros para rehabilitar grupos de ninots del museo

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La Senyera del Colegio de la Seda es ‘hermana’ de la que cubrió el féretro del ilustre escritor Vicente Blasco Ibáñez en su llegada a Valencia y de la Senyera que procesiona cada 9 d’Octubre portada por autoridades, pero al parecer no tiene suficiente entidad como para recibir la subvención que se había solicitado a la Diputación de Valencia para poder restaurarla.

El Colegio de la Seda confiaba en que la institución provincial le concediera la subvención a la que había optado para restaurar esta pieza y devolverle su esplendor, pero en el presupuesto de 750.000 euros previstos para patrimonio mueble de la provincia no se ha incluido.

Dentro de esta cifra global, 500.000 euros estaban dirigidos a ayuntamientos y 250.000 euros a entidades privadas, pero los 25.633 euros que necesitaba el gremio de Velluters para la Real Senyera han sido denegados. En el Boletín Oficial de la Provincia se detalla que se «desestima por falta de consignación presupuestaria».

El presidente del Colegio de la Seda, Vicente Genovés, asegura que en la actual legislatura no han recibido ayudas de la Diputación. «La última fue hace ya años. Nos concedían entre 5.000 y 6.000 euros para mantener la sede, pero fue antes de que se restaurara. La única ocasión que pedimos ayuda al actual gobierno y nos quedamos fuera».

Si la Senyera de Lo Rat Penat data de 1923, como relata Óscar Rueda en ‘La Senyera valenciana. Historia y simbolismo’, esta se creó en 1928. Se trata de una Senyera con historia porque el sedero «Eduardo Sanchis Alcañiz recibió el encargo de su amigo Blasco Ibáñez, porque estaba exiliado en Mentón y quería tener un símbolo de su tierra», indica Genovés. Tal como figura en un artículo de Manuel Romero Martínez, en el ‘Catálogo del archivo del Colegio del Arte Mayor de la Seda’ en los años 20 «Eduardo Sanchis recibe el encargo y el industrial sedero, junto con mi padre que era artista y picador de los dibujos de las telas, fueron un domingo a sacar el diseño de la Senyera que se custodia en el Archivo Histórico».

La Senyera para Blasco Ibáñez -que está en el museo de Blasco Ibáñez-, la que procesiona en Valencia, una tercera de una entidad privada y la cuarta que creó el fabricante se tejieron a mano con seda y oro fino, tal como recuerda Vicente Enguídanos, el último velluter, ya que su abuelo Lino Enguídanos participó en su confección. Y ya en 1969 Eduardo Sanchis Romero, descendiente del fabricante, cedió su Senyera al Colegio de la Seda.

‘Crowdfunding’

El presidente del Colegio de la Seda asegura que no se van a quedar de brazos cruzados y «nada más comenzar el año, en enero, vamos a abrir un proceso de micromecenazgo para que los valencianos que quieran nos ayuden a restaurar esta Senyera». Aseguran que colectivos como el Centenar de la Ploma ya les han ofrecido su apoyo para buscar fondos.

Además, Genovés detalla que «la idea que tenemos es restaurarla para poder lucirla en la procesión de la Virgen y el Centenar de la Ploma podría unirse para custodiarla».

Son cerca de 50 ayuntamientos (como Torrent) y 52 entidades privadas las que se han quedado fuera de estas ayudas y en Valencia se da esta circunstancia en la ermita de Santa Lucía -que pedía 28.500 euros para restaurar un lienzo del siglo XVI- y en el gremio de artistas falleros de Valencia.

Los artistas pedían 30.000 euros para tareas curativas y de restauración estética de la colección de ninots indultats del museo, pero se les ha denegado. En 2013 restauraron conjuntos como ‘La Vicaría’ de Modesto González; ‘El arrastre’, de Vicente Luna; ‘Sastre artesano’, de Vicente Agulleiro; ‘Una rara especie’, de José Puche y ‘Vencedores y vencidos’, de José Martínez Mollá’. En 2014-2015 lograron fondos del anterior gobierno de la Diputación para la ‘Cabeza de cera’ de Regino Mas; ‘Quijotadas’ de Pascual Calleja y ‘El Sexe’, de José Devís, pero a pesar de la prometida ayuda de los gobiernos actuales para regenerar la Ciudad Fallera, el proyecto se ha quedado sin subvención. Tampoco el museo fallero de Gandia ha tenido suerte.