¿Sabías que…el puente más antiguo de valencia, en pie, es el Puente de la Trinidad o Pont de la Trinitat?
Este puente, de estilo gótico, con diez grandes arcos imponentes y con sus dos bellas estatuas casi a mitad de él, y viendo pasar cada día miles de vehículos y peatones, es el más antiguo de la ciudad y el primero realizado en piedra sillar sustituyendo al que habría entonces por otro de madera (un sillar es una piedra labrada por varias de sus caras, generalmente en forma de paralelepípedo, y que forma parte de las obras de fábrica o construcciones antiguas de antaño, donde suelen tener un tamaño considerable y peso que obliga a manipularlos con máquinas o en su defecto artilugios ingeniosos para no poner las piedras con la mano).
El puente fue construido entre los años 1401 y el 1407 por el Piquer de pedra picada Mateu Texidor, aunque en un principio su emplazamiento no era el que ahora podemos ver, ya que fue reedificado en el siglo XVI tras la riada que hubo en 1517. Curiosamente, en aquella riada, la del 1517, hubo un suceso que conmocionó Valencia y así lo hace constar el cronista Gaspar Joan Escolano un 27 de septiembre de 1517 en su obra “Segunda parte de la década primera de la historia de la insigne y coronada ciudad y Reino de Valencia” (1611), donde adjuntó la siguiente descripción sobre lo que él denomina “el león de Germanía”:
…A esta calamidad del agua, se juntó en Valencia otra no menos espantosa, y fue, que aquella noche misma del diluvio (o la siguiente, según las memorias de aquel tiempo), fue visto andar bramando un león por las calles, que realzaba el horror en los corazones de los miserables ciudadanos. Al principio se entendió que se habría soltado alguno de los que de ordinario hay en la leonera del palacio real. Pero desengañáronse presto, porque apenas le veían unos en una calle, cuando se les hacía invisible, y se sentían gritos en otra muy apartada, donde se aparecía de nuevo; y a este tono en un instante se mostraba en diferentes cabos, y al acometerle se desaparecía: y como lo contaban a voces y atónitos, los que le habían visto a los que no, decían estos que aquellos tenían dañada la imaginación, y el corazón tan perdido de la pasada fortuna, que se les antojaban leones las sombras. Más los que realmente le habían visto, se enfurecían contra los incrédulos y venían a las manos sobre ello. Yo he creído siempre que aquel era el ángel percutiente, comisario de la justicia de Dios, a quien se había cometido el castigo de nuestra ciudad. Pero quien quiera que él fuese, le quedó nombre de león de la Germanía.”
También se hace constar, en el libro de Murs i Valls, que ese mismo año fue reconstruido debido a la riada y prueba de ello es la referencia en tal escrito
Murs i Valls fue toda una institución en el Reino de Valencia. La fábrica tuvo su origen en el privilegio enumerado como “trentahuit” (38) otorgado por Jaume I en el año del de nuestro señor 1251, donde se decía “Se insta a todos los habitantes de Valencia, independientemente de cual sea su dignidad o condición, a contribuir en la construcción, mantenimiento y reparación de los muros y valles de la ciudad”.
Sobre Murs i Valls, en posteriores años, concretamente en 1358, se creó una junta formada por representantes de todas las instituciones que tenían poder (eclesiástico, militar y real, también conocido como popular este último) adquiriendo ya “Murs y Valls” una forma estructurada, donde finalmente, en 1406 se integraron en la junta el “Maestro Racional y los Jurados” para posteriormente otros cargos.
El nombre del puente viene dado por el Monasterio de la Santísima Trinidad, que está emplazado en uno de los extremos del puente, así como también la ya desaparecida Puerta de la Trinidad abierta en las murallas medievales de Valencia en el siglo XIV
Dicho puente es conocido también como “dels Catalans”, porque se dice que en su entorno se instalaron los repobladores de Lérida que vinieron a Valencia después de la conquista del Reino de Valencia y que seguramente fueran los nombrados en la puerta del Palau de la Catedral de Valencia.
La exactitud de dichos repobladores no se hace constar en muchos libros, como tampoco el reparto de tierras o bienes por todos los señoríos que acompañaron a Jaume I. A pesar de esto, que sirva como prueba evidente la puerta que existe en la Catedral de Valencia a través de la “leyenda” de las trescientas doncellas, también conocida como setecientas doncellas (falsa leyenda) o la de los repobladores de Valencia. Desde aquí no vamos a cuestionar dicha leyenda y os adjunto el artículo que hice sobre la creencia de que dichas parejas (7 y que aparecen en los capiteles de la Puerta del Palau) fueron las primeras en repoblar la ciudad y que aquellos hombres fueron los que animados por Jaime I, los primeros en entrar a la ciudad con el afán y las ganas de la promesa del Rey en darles esposa si ganaban.
En referencia a las dos estatuas que forman parte del puente, la de San Luis Bertrán realizada en 1693 y la de Santo Tomás de Villanueva de 1694, ambas son del escultor italiano Jacobo Antonio Ponzanelli. Cabe decir que dichas estatuas no eran originales de este puente, ya que anteriormente pertenecían al puente de San José siendo retiradas en 1906 y guardadas en el Museo de Bellas Artes de Valencia, en las cercanías a dicho puente. Dichas estatuas salieron del museo y fueron colocadas en el puente de la Trinidad en 1942.
El Puente de la Trinidad no poseía en sus orígenes ninguna estatua, como os hemos mencionado anteriormente, pero comenzó a estar adornado en 1722 por unas desaparecidas esculturas cubiertas por casalicios, como las de las cruces de término de Valencia y de las que ya os hablamos, por ejemplo, en el artículo de las cruces de término
Dichas esculturas eran del mártir Bernardo de Alzira y las hermanas mártires María y Gracia, patronas de Alzira, dispuestas ambas a cada lado del puente.
Las esculturas, con dichos casalicios, fueron casi destruidas en el asedio de los franceses durante la Guerra de la Independencia en 1808, en uno de los asaltos de Napoleón a la ciudad y que a día de hoy siguen habiendo pruebas de aquellos ataques (como lo que se puede ver en las Torres de Quart, en su fachada por los agujeros de cañonazos). Finalmente, se retiraron del puente en 1823, estando el puente sin ningún santo o estatua que lo representara hasta 1942, fecha en que fueron colocadas las esculturas que hoy en día luce el puente, de las cuales os he hablado anteriormente que pertenecían al puente de San José.
En los últimos años, en 2009, se procedió a una reforma sobre las escaleras que daban al antiguo cauce. Estas escaleras servían en la antigüedad para que los habitantes de Valencia se les facilitara el acceso fácil al río, bien fuera para lavar la ropa u otros menesteres. Dicha reforma, la de 2009, trajo consigo polémica por la estética dada en la actualidad.