La inmigración se desborda: aumenta un 131% en 2018 y se triplica en enero

La llegada de inmigrantes a España parece no encontrar frenos. Después de que el Gobierno de Pedro Sánchez anunciase la retirada de las concertinas y autorizase el atraque del Aquarius en Valencia y del Open Arms en Algeciras, las mafias controlan cualquier movimiento de entrada y salida. Cada vez que un grupo consigue llegar, estas organizaciones lo publicitan en las poblaciones africanas para captar a nuevos interesados. Tanto es así que nuestro país ya se ha convertido en el primer territorio europeo de acogida de inmigrantes y refugiados que atraviesan el Mediterráneo. Y, aún más, su llegada ya se ha triplicado en este inicio de 2019: en la primera quincena de enero, se contabilizaron 2.912 personas en pateras, lo que supone un 365% más que en el mismo periodo del año pasado.

Si bien es cierto que el número de personas que cruzaron con destino Europa ha disminuido hasta las 139.000, en el caso de España ha aumentado un 131%. En total, 65.400 lo consiguieron: 58.600 de ellos por mar, 6.800 a través de las fronteras de Ceuta y Melilla. Una cifra que supera la de Grecia, con 50.500 refugiados y migrantes durante el último año, y la de Italia, que ha caído drásticamente pasando de recibir a una media de 150.000 al año en sus costas, a los 23.400 del 2018. ¿El motivo? Las políticas restrictivas del Gobierno italiano de Matteo Salvini, en lo que se refiere a la acogida de barcos con inmigrantes en sus puertos, han provocado una caída del 80% en las llegadas a sus costas.

Según el último informe de Acnur, por cada 51 personas que llegan por mar a Europa, una pierde la vida en el trayecto. Se calcula que en 2018 murieron en el mar 2.275 personas, una media de seis al día. En cuatro años han muerto 14.281 personas en el Mediterráneo tratando de llegar a Europa para encontrar un lugar seguro. «Es probable que las reducciones de la capacidad debúsqueda y salvamento, unidas a una respuesta descoordinada e impredecible al desembarco causaran un aumento de la mortalidad», se puede leer en la memoria «Travesías desesperadas».

El mundo está viviendo la mayor crisis de personas refugiadas desde la Segunda Guerra Mundial. Son más de 68,5 millones de personas las que han tenido que abandonar su hogar en los últimos cinco años para salvar su vida. La agudización de los conflictos en Siria, Sudán del Sur, República Centroafricana, Afganistán o República Democrática del Congo, así como la represión contra la minoría rohingya en Myanmar y el largo exilio del pueblo palestino, configuran un escenario mundial que «exige un compromiso mayor y más decidido con la defensa del derecho de asilo y con la protección de las personas refugiadas».

Fuente: La Razón

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