El atrevimiento o torpeza de grabar con el móvil un delito de tal calibre es la única parte positiva del caso de «La Manada de Alicante» ya que dejará poco margen de maniobra a los abogados de la defensa acerca de la interpretación de los hechos una vez se celebre el juicio. Y es positivo también porque el testimonio de la víctima, en este caso, no será una testifical de gran valor ya que no recordaba apenas nada porque, al parecer, habría sido drogada por los mismos individuos. Los cuatro jóvenes fueron detenidos el día 1 (la mañana después de la celebración de Nochevieja) tras ser pillados in fraganti cometiendo una agresión sexual a una chica de 19 años en los bajos de un edificio de Callosa d’En Sarrià (Alicante). Tras el aviso de una vecina, la Policía Local y la Guardia Civil se presentaron en el lugar y, después de rescatar a la víctima, arrestaron a los jóvenes (uno de ellos se estaba subiendo los pantalones y otro estaba recostado sobre la víctima) que, además, habrían grabado el vídeo parte de los abusos, según adelantó ayer «El Mundo».
La chica fue trasladada al hospital Marina Baixa de Villajoyosa para un reconocimiento médico y los chicos, de entre 19 y 24 años –españoles de origen ecuatoriano y uno de ellos con antecedentes por agresión sexual a una menor– fueron conducidos a dependencias de la Guardia Civil de Alicante antes de pasar a disposición judicial el viernes. Desde entonces, duermen en prisión. Dos miembros del grupo conocían a la víctima y comenzaron a charlar con ella mientras celebraban en un pub de Benidorm el comienzo del nuevo año. A eso de las cinco de la madrugada se propuso seguir la fiesta en casa de un conocido, por lo que la joven accedió. Allí continuaron tomando copas y, según creen los agentes, empezarían los abusos. Los investigadores tratan de determinar –con los análisis médicos pertinentes– si a la joven le suministraron algún tipo de droga que anulara su voluntad. El problema es que si se trata de burundanga (escopolamina) sería complicado de detectar en sangre, ya que apenas deja rastro durante poco tiempo.
Después de la vivienda, los cuatro agresores y la chica se trasladaron a un pueblo situado a media hora en coche desde Benidorm: Callosa d’En Sarria. Allí, en una especie de trastero, procedieron a consumar la violación de la víctima. Durante la investigación del caso, según Efe, la Guardia Civil ha localizado a otra mujer, que también habría sufrido abusos en octubre por parte de uno de los detenidos, y no descartan que haya más víctimas que no hayan denunciado.
Por otra parte, la Policía Nacional investiga la agresión sexual a una menor de 14 años en Algeciras el pasado sábado. Ya hay un hombre de 18 años detenido y se investiga la presencia de dos amigos del arrestado aunque no participaron en los hechos.
Fuente: La Razón