El frenazo de la industria turística durante el mes de julio ha sido generalizado prácticamente en toda España, con mayor trascendencia en los destinos de sol y playa, tal y como ocurre en Cataluña, donde ya suman varios meses de altibajos desde el fatídico 1 de octubre de 2017. Este verano la cifra es demoledora, ya que en julio Cataluña recibió un 6,7% menos de viajeros internacionales, un batacazo que tan sólo supera la Comunidad Valenciana, que sufrió un retroceso del 6,9% en la llegada de visitantes extranjeros, según confirma la Encuesta de Movimientos Turísticos, Frontur, publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La caída de viajeros también se ha visto reflejada en la cifra de pernoctaciones en los hoteles catalanes, hasta el punto de que éstas cayeron un 6,2% entre los visitantes extranjeros respecto al mismo mes del año pasado, según los datos de Coyuntura Turística Hotelera elaborada por el INE, lejos del descenso del 2,2% que registró el dato de pernoctaciones en el resto de España. «Los destinos emergentes están haciendo ofertas muy potentes con precios imbatibles que han influido en esta caída de visitantes, pero esa no es la única razón. Yo hablaría también de la saturación del destino Barcelona, donde hay un exceso de visitantes que puede llegar a perjudicar el mercado», apunta Pablo Díaz, profesor de Estudios de Economía y Empresa de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC) y experto en materia turística.
A esos factores se suma la tensión política que se mantiene en Cataluña por el desafío soberanista. «Al viajero internacional le llega de lejos la información sobre los problemas políticos que existen en nuestro país, pero sin duda esto sí parece afectar más directamente al viajero español, que puede verse más influenciado por el conflicto existente en la calle y por ciertos perjuicios de pensamiento político», apunta Díaz. De hecho, las pernoctaciones cayeron en Cataluña un 7,2% entre los residentes españoles, cifra que superó el 10% de descenso durante el mes de junio, lo que choca de pleno con las subidas que registraron los demás grandes destinos en el primer mes del verano, ya que las pernoctaciones crecieron el 3% en Andalucía, el 0,3% en la Comunidad Valenciana y el 6,6% en Madrid, «y todo ello a pesar de que los hoteleros catalanes han bajado precios», recuerda Díaz.
Marca Barcelona
La Ciudad Condal es la marca más potente del destino Cataluña, de ahí que las políticas turísticas de la capital se hayan convertido en decisivas. Según el Gremio de Hoteles de Barcelona, los actos vandálicos contra los visitantes y el discurso por parte de la Administración que pone en duda los beneficios del turismo tienen parte de la culpa de la caída de viajeros. De hecho, según este gremio, la ocupación hotelera en Barcelona entre julio y agosto ha sido del 80%, cinco puntos por debajo del mismo periodo de 2017.
Fuente: La Razón