No hay todavía países candidatos, pero Bruselas está dispuesta a que los haya. El Ejecutivo comunitario presentó ayer un documento que concreta las condiciones para albergar, de manera voluntaria, centros controlados de refugiados. El propósito es descargar de la responsabilidad a los países de entrada a suelo europeo, en un momento en el que el Gobierno italiano ha cerrado sus puertos a cal y canto y España lidera el número de llegadas.
Como gran cebo para que la propuesta prospere, Bruselas ofrece 6.000 euros al Estado de acogida por cada demandante de asilo. Aunque esta cifra no es nueva, es la misma ofrecida a los países europeos cuando se establecieron las cuotas obligatorias en 2015 para auxiliar a Grecia e Italia, en los peores momentos de la crisis. Ante la oposición de los países del Este, que han boicoteado una y otra vez este sistema de reparto, Bruselas abandona una de sus iniciativas estrella y prefiere centrarse en la buena voluntad de los socios. Pero todo indica que la empresa no resultará fácil.
El documento será analizado hoy por los embajadores de los Veintiocho y, según explica la Comisión, será el momento para que posibles voluntarios decidan dar un paso al frente. Bruselas pretende poner en marcha centros piloto lo más rápidamente posible y que los plazos se cumplan. Las personas rescatadas deberán ser registradas en un máximo de 72 horas para dilucidar si deben ser devueltas a sus países de origen en caso de inmigrantes ilegales o llevadas a estos centros mientras se tramita su demanda de asilo en un lapso de ocho semanas. Bruselas ofrece asistencia a los países de entrada para cubrir los costes de los de-sembarcos a través de personal e infraestructuras.
Fuente: La Razón