Las fallas del mercado central

1931 – La moda de las fallas móviles reproduciendo trenes, locomotoras y tranvías perduró hasta mitad de los años cincuenta del pasado siglo.

En 1931 fue noticia destacada la del tranvía de dos ejes con linternón de la falla de la plaza del Mercado Central. Fue montada sobre un vehículo con motor para poder llevarla por la barriada y los viajeros exhibían cántaros y otros recipientes colgando por el exterior de las ventanillas.  

A la originalidad de la falla móvil se unió la calidad de la fija que con el lema de la amarga alcachofa, para satirizar costumbres y problemas de la época, la construyó el artista fallero Carlos Cortina. Consiguieron el segundo premio que estaba dotado con 2.000 pesetas y el primero de llibretla onza d’or de Lo Rat Penat. Corresponde a la etapa de gloria de esa comisión que comenzó con el primer premio a sus monumentos de 1929, 1930 (compartido con la falla Molino Na Robella) y 1936, y prosiguió a partir de 1943.

También tuvieron el aliciente del tercer número de su popular revista “Crit de Festa” con el programa de festejos, “chismorrería” del barrio y una “exquisita selección” de trabajos literarios de tan reconocidas firmas como Maximiliano Thous, Gómez Polo, Hernández Casajuana,… según informaba el diario Las Provincias el día 14 de marzo, especificando que la regalaban al público.

Mercado Central junto con las comisiones Barcas-Pascual y Genís y Reina-Paz-San Vicente, fueron las fundadoras en 1941 de la sección especial, plantadas a partir del año siguiente, donde la primera, número 1 del censo fallero, tuvo muchos años de satisfacción hasta que en 1973 bajó a las secciones 1ªA y B, para volver a la categoría reina en 2014 y retornar a 1ªA en 2017.

Fuente: Valencia Blanco y Negro

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

 

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