Las Fallas que llegaron hasta la Guerra Civil

Repartos de buñuelos, comidas para los más necesitados y tracas kilométricas formaban parte de las primeras Fallas de la historia


Las Fallas de Valencia no tienen un inicio fijado. La celebración festiva en las calles del cap i casal surge con el trabajo de los carpinteros artesanos que quemaban los restos de su trabajo a las puertas de sus talleres, que por aquel entonces estaban en el centro de la ciudad. Ya en el siglo XIX la fiesta cuenta con una organización que comprende premios a los diferentes monumentos falleros, que otorgaba en un principio Lo Rat Penat, para posteriormente ser asumidos por el Ayuntamiento de Valencia.

A principios del siglo XX se tiene constancia de celebraciones populares masivas en las calles de la ciudad gracias a la llegada de caravanas de valencianos residentes en otras localidades de España y de turistas nacionales.

La sátira siempre ha estado presente en el monumento fallero que antaño se confeccionaba en apenas 15 días y cuyos ninots contaban con ropajes de tela hechos por los mejores modistas de la ciudad y cabezas de cera que daban mayor realismo a las escenas. Los temas de los monumentos trataban aspectos de la vida del barrio, de la ciudad y de las fiestas.

Otro aspecto ligado a la celebración fallera es el disparo de pólvora que en Valencia se remonta a finales del siglo XVII. En las primeras décadas de 1900 los disparos más populares eran tracas kilométricas que tras recorrer varios puntos del centro de la ciudad llegaban a la actual plaza del Ayuntamiento en la que el gentío se concentraba para vivir la llegada de la pólvora junto con decenas de personas corriendo a su paso.

Antes de la interrupción de la fiesta por la Guerra Civil la fiesta ya celebraba el acto que ha llegado hasta nuestros días como la Exposición del Ninot.