[wp_ad_camp_2]Poco o nada conocidas, se sabe que desde bien pronto la ciudad romana de Valentia (fundada en el año 138 ac) fue una ciudad amurallada. El cronista romano Salustio las cita, y cuenta que en las guerras civiles entre Silo y Mario (guerras sertorianas), las tropas de Pompeyo derrotaron a las de Sertorio en el año 75 a c al pie de las murallas de Valentia.
De estas murallas podemos adelantar tal vez su itinerario que bien podría ser el siguiente: la calle Conde Trenor, calle Serranos, calle Juristas, calle de la Corregeria, plaza de la Reina, calle Cabillers, calle Avellanas, calle San Luis Beltrán y calle Pintor López.
La ciudad estaba formada por dos calles principales que se cruzaban entre si, eran el Cardo máximo y el Decumento máximo; en los extremos de dichas calles se abrían cuatro puertas: la Saguntina, la Sucronense, la Celtiberia y la del Mar. El punto donde se cruzaban ambas calles sería el punto 0 y estaba situado sin ningún genero de dudas en la actual Plaza de la Almoina.
De la puerta Sucronense llamada así porque es la que estaba orientada hacia Sucro (actual Alzira), la podemos situar aproximadamente en el cruce de la actual Plaza de la Reina con la calle de Mar.
Después de la derrota de Sertorio, Pompeyo arrasó la ciudad y durante más de cincuenta años la ciudad estuvo deshabitada, hasta la época imperial en que la ciudad renació de sus cenizas, pero nunca más supimos de sus murallas, aunque es de suponer que las mismas con mayor o menor gloria seguirían cumpliendo un papel durante la época del Bajo Imperio Romano y el periodo de permanencia de los visigodos en la ciudad.
En cuanto a las técnicas de construcción, la muralla de época republicana estaría construida en tapial mientras que la de época imperial lo sería en sillares y ladrillo.