- La Consellería de Educación, Investigación, Cultura y Deporte y la Conselleria de Hacienda reabren al público los “Baños del Almirante” a partir del 4 de octubre tras las numerosas quejas recibidas desde asociaciones y colectivos en defensa del patrimonio histórico.
- El edificio, propiedad de la Consellería de Hacienda, será gestionado a cargo de Cultura, después de haber sido gestionado por el Consorcio de Museos desde 2014 hasta su cierre en julio, día 31, de 2016.
- A partir del 4 de octubre todo aquel que quiera visitar los Baños del Almirante podrá hacerlo en horario de martes a viernes de 10:00h a 18:00h, y los sábados de 09:00h a 14:00, de forma GRATUITA. Resulta interesante esta última información ya que, anteriormente, desde su cierre del 31 de julio de 2016, el edificio era visitable en horario reducido de 11:00h a 14:00h de martes a domingo y con un coste de 2 euros (incluso no te dejaban hacer fotografías, de auténtica VERGÜENZA).
- Cultura propone y plantea, además, incluir los Baños del Almirante como elemento turístico de la ciudad de Valencia y así reforzar, aún más, el turismo cultural y patrimonial del Cap i Casal.
Los Baños del Almirante son un espacio único en Valencia, tanto por su historia (son los únicos baños medievales que quedan en Valencia), como por su arquitectura (edificio mudéjar según afirman muchos), aunque cabe afirmar que su entrada no es la original. El arte mudéjar, desarrollado en los reinos cristianos de la península ibérica y que incorporaba influencias, elementos o materiales de estilo hispano-musulmán, fue la consecuencia de la mezcla de las corrientes artísticas cristianas (románicas, góticas y renacentistas) y musulmanas de la época entre los siglos XII y XVI. A pesar de esta afirmación, los hay quienes afirman que Valencia carece de arte mudéjar, como una entrevista que confirmo el profesor de Historia Medieval, Manuel Ruzafa, a pdreligion.wordpress.com donde afirma que en Valencia “no hay un monumento árabe siginificativo como si lo hay en Zaragoza o Toledo”, diciendo también que “Valencia es gótica, románica y Renacentista pura, por lo que se distancia mucho del arte árabe”, descartando así, también, elementos o materiales de estilo hispano-musulmán o mudéjar: “que se sepa de momento, Valencia no tiene arte mudéjar”, señala. Este desenlace del patrimonio árabe es consecuencia de que “en el siglo XIV se considera que Valencia es mezquina y mora”, como apunta el catedrático, por lo que se eliminaron muchos de sus restos.
Decimos esto último porque siempre se habían considerado a los Baños del Almirante como unos baños árabes, pero investigaciones recientes afirman que en realidad son baños públicos de vapor de época cristiana medieval, del siglo XIV en concreto, donde se puede certificar ya su existencia desde 1313 gracias a un documento del rey de Aragón Jaime II autorizando al caballero Pere de Vilarasa (miembro del Consejo Real) construir unos baños públicos en terrenos de su propiedad, finalizando las obras en 1320 (EL MEJOR ESTUDIO PARA DEMOSTRAR ESTA TEORÍA ES EL QUE REALIZA MARÍA TERESA GALÁN HERNÁNDEZ).
Para contradecir ésta hipótesis, los hay quienes los incluyen en sus estudios como uno de los restos de la Valencia musulmana mejor preservados. Es el caso de un artículo de Anna Kawalec para la Revista de Estudios Internacionales Mediterráneos (REIM) donde afirma que tras probablemente existir diez construcciones de este tipo en el antiguo Reino de Valencia, tan solo quedan los Baños del Almirante, donde data su construcción entre finales del siglo XII y XIII (Torreño Calatayud 2003: 7), debido a que en el Llibre del Repartiment aparece el nombre Abdolmelig, que procede de Abd al-Malik (Almirante), un gobernante que probablemente fundó los baños (Coscollá Sanz 2003: 85).
Nosotros, después de todas las lecturas, damos más credibilidad al estudio ofrecido por María Teresa y a las afirmaciones hechas por el profesor de Historia Medieval Manuel Ruzafa, sin duda alguna.
Respecto a su nombre, este viene dado como consecuencia de la cercanía al Palacio de los Almirantes de Aragón, con el que forma conjunto, donde dicho nombre lo cede también a la calle donde se sitúa: calle de los Baños del Almirante (carrer dels Banys de l’Almirall, 3-5).
La construcción del edificio sigue los mismos patrones que los baños públicos de vapor de época árabe, conformándose el conjunto por un vestíbulo y tres salas (sala fría, sala templada y sala caliente), además de otras dependencias menores que fueron realizadas para el servicio de los bañistas.
Desde entonces, desde su construcción, la función de baños públicos ha sido de forma ininterrumpida hasta mediados del siglo XX (1959), donde antes sufriría, en el siglo XIX, importantes obras de renovación del inmueble y una importante dotación al edificio para caracterizarla de un aspecto más oriental con azulejos y yeserías de estilo neonazarí (aquí podría darse y atribuirse el arte mudéjar, cuando en realidad sería neomudejar dada su rehabilitación realizada en el siglo XIX).
Desde el año 1959 los baños cierran como baño público, quedando en el aire un poco la finalidad que iban a albergar por entonces. Años más tarde, entre 1961 y 1963, se llevó a cabo un proyecto de restauración destinado a eliminar la transformación neoárabe del siglo XIX, donde después de su restauración funcionaría, desde 1963, como gimnasio hasta que en 1985 la Generalitat Valenciana compra el edificio. Desde ese momento los permanecen a la espera de su puesta en marcha y valor, tanto patrimonial como cultural. No fue hasta 1993 cuando son declarados Bien de Interés Cultural (BIC), para años más tarde, en 1999, trazar un gran proyecto de rehabilitación cuyas obras se iniciarían en el año 2001 , finalizando en 2005 para ser finalmente abiertos al público.
La construcción del edificio sigue los mismos patrones que los baños públicos de vapor de época árabe, un vestíbulo y tres salas (sala fría, sala templada y sala caliente) y otras dependencias menores para el servicio de los bañistas. A partir del siglo XVI los baños públicos de vapor dejan de ser frecuentados al ser sustituidos por los baños de agua por inmersión en bañeras.
El edificio es una construcción medieval de época cristiana, destinada a baño público que seguía la tradición de los baños de vapor árabes o hammàm.
La función de baños públicos ha sido de forma ininterrumpida desde su construcción en el siglo XIV hasta mediados del siglo XX (1959), donde sufriría, en el siglo XIX, importantes obras de renovación del inmueble y una importante dotación al edificio para caracterizarla de un aspecto más oriental con azulejos y yeserías de estilo neonazarí.
Desde el año 1959 los baños cierran como baño público, quedando en el aire un poco la finalidad que iban a albergar por entonces. Años más tarde, entre 1961 y 1963, se llevó a cabo un proyecto de restauración destinado a eliminar la transformación neoárabe del siglo XIX, donde después de su restauración funcionaría, desde 1963, como gimnasio hasta que en 1985 la Generalitat Valenciana compra el edificio. Desde ese momento los permanecen a la espera de su puesta en marcha y valor, tanto patrimonial como cultural. No fue hasta 1993 cuando son declarados Bien de Interés Cultural (BIC), para años más tarde, en 1999, trazar un gran proyecto de rehabilitación cuyas obras se iniciarían en el año 2001 , finalizando en 2005 para ser finalmente abiertos al público. Desde ese momento, los baños han pasado por diversas gestoras (penosas en muchos casos por cierto), que decidieron, incluso, que no se podían realizar fotografías en su interior.
Ahora, después de la vergüenza que sufrimos muchos al ver que para comunicar su cierre fue precintada la placa del exterior de una manera cutre (con precinto…y del malo), nos alegramos de esta gran noticia y de la apuesta por devolverlos al lugar que se merecen por ser un espacio único. Gracias a quien corresponda.