[wp_ad_camp_2]La instalación estuvo cerrada en el primer concierto y el lunes deben ampliarse los pasillos para lograr la autorización de uso
Los problemas no desaparecen para el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset. Todo lo contrario, dado que la concejalía de Bomberos pidió ayer la modificación de las dos gradas portátiles colocadas en el jardín de Viveros para los conciertos de la Gran Fira (Feria de Julio), debido a deficiencias en materia de seguridad para el público, en concreto los pasillos de acceso.
Las gradas tienen un aforo de 950 plazas y fueron presentadas el pasado 31 de mayo por Fuset como una de las grandes novedades en los tradicionales conciertos de música, una de las citas veraniegas en la ciudad y que se prolongarán durante todo el mes de julio. La programación se estrenó el viernes con los grupos Txarango, VaDeBo y Pupil.les, sin que se abriera la citada instalación, donde fuentes conocedoras de los hechos indicaron que se debió a la negativa de los técnicos y otras a que no estaba previsto hasta el lunes.
Por la mañana se planteó incluso el desmontaje de las gradas, aunque finalmente los técnicos de Bomberos aceptaron la anchura de los asientos como válida. No ocurrió lo mismo con las dimensiones de los pasillos que deben servir de escapatoria en caso de emergencias.
El pacto fue que este lunes estará modificada la anchura, sin que tener que desmontar todo el andamiaje metálico colocado en la explanada de los Jardines del Real. Ante esa previsión, lo deseable es que el concierto ese día de Michael Nyman Band pueda celebrarse ya con la oferta de las 950 plazas en asientos.