Los hosteleros piden que la distancia entre bares en Ruzafa se extienda a toda Valencia

Los empresarios critican la tardanza del tripartito en apoyar que haya mediadores en las calles más conflictivas por la noche para pedir silencio

La Federación de Hostelería de Valencia ofreció ayer nuevos argumentos al Ayuntamiento en favor de una regulación del sector del ocio en la ciudad. Además de achacar al gobierno municipal el retraso en el apoyo del mediador de ocio, subrayó su adhesión a que el modelo de limitación de bares en Ruzafa se extienda a toda la ciudad, es decir, a que haya una distancia mínima entre locales para evitar la saturación de algunas zonas.

Comunitat Valenciana. Valencia. 30-08-2016. Una terraza en el barrio de Ruzafa por la tarde en verano, poco ambiente. Carolina Amor
Comunitat Valenciana. Valencia. 30-08-2016. Una terraza en el barrio de Ruzafa por la tarde en verano, poco ambiente. Carolina Amor

El Consistorio aprobó en mayo de 2014 unas normas urbanísticas para Ruzafa y el Ensanche, en un intento de controlar la expansión de estos establecimientos, como medida preventiva a una posible declaración de Zona Acústicamente Saturada, es decir, adelantar los horarios de cierre a todos.

En síntesis, los bares y restaurantes nuevos de esta parte de la ciudad no pueden estar a menos de 65 metros de otro ya abierto, mientras que en un radio de 80 metros el tope serán nueve locales. En los pubs y las discotecas, la marca estará a menos de 130 metros y dos negocios en un radio de 200 metros.
Esto es lo que propuso ayer la federación para que se estudie una medida similar en el resto de la ciudad. El verano ha sido especialmente complicado en Ruzafa y la propia asociación de hosteleros reclamó más patrullas de la Policía Local, control de las terrazas instaladas y de los horarios de cierre.

Fuentes de la Federación de Hostelería recordaron ayer «el compromiso de nuestra entidad por un ocio nocturno sostenible en Valencia, capaz de conciliar el descanso vecinal y la actividad empresarial».

La entidad recordó que el pasado octubre presentaron a la concejal de Protección Ciudadana, Sandra Gómez, un proyecto de ocio sostenible, donde la parte esencial es la contratación de mediadores de ocio, personas que recorran las calles más conflictivas pidiendo silencio.

Esto sigue sin respuesta por parte del Consistorio, pese a que toda la financiación correría a cargo de la Federación, indicaron las mismas fuentes. «Existen empresas hosteleras en Ruzafa sensibilizadas y que están desarrollando actuaciones con este objetivo, como por ejemplo la contratación de mediadores sociales, cuyo trabajo y buenos resultados han sido reconocidos por la propia Policía Local».

Desde la Asociación de Discotecas de Valencia, señalaron no entender la falta de colaboración por parte del Ayuntamiento en la puesta en marcha de un proyecto de mediadores sociales, propuesto y financiado por los propios empresarios.

Otra de las iniciativas que consideran urgentes es la puesta en marcha de un plan de choque contra el botellón, ya que «supone uno de los principales problemas generadores de ruido y suciedad en el barrio y que afecta, no solo a los vecinos, sino directamente a la rentabilidad de los locales de ocio».

Indicaron que es necesario también una actuación municipal contra la competencia desleal en el ocio nocturno y la oferta de alojamiento ilegal en Ruzafa, que suponen un grave perjuicio para «aquellas empresas legales que cumplen con la normativa vigente». El crecimiento del número de apartamentos turísticos ha sido otra de las quejas constantes este verano. La plataforma vecinal Russafa Descansa estima que 340 viviendas se destinan a este tipo de alojamientos.

Desde la Federación de Hostelería exigieron además el cumplimiento «real y estricto de la ordenanza, aprobada hace ya dos años, relativa a la concesión de nuevas licencias para locales de hostelería en Ruzafa, para evitar la saturación de oferta empresarial en la zona».

La reurbanización de las calles ha dejado aceras amplias, que aprovechan sobre todo las terrazas de los bares. Pero la entidad quiso ir más allá de las inspecciones y multas de los que exceden el horario de cierre o el número de mesas y sillas autorizadas. «No es aconsejable que la única medida sea una campaña de sanciones generalizada, sino que deberían acompañarse con un plan de convivencia que permita el descanso vecinal», dijeron.

Sobre la intención de algunos colectivos vecinales de solicitar que Ruzafa sea considerada como Zona Acústicamente Saturada (ZAS), apuntaron que «es necesario hacer una reflexión sobre los efectos negativos que supondría una medida de este tipo para un barrio erigido en referente cultural, social y turístico de la ciudad».

La declaración de ZAS en otros barrios de Valencia ha provocado una eliminación casi total de la actividad comercial y de ocio, junto a una degradación general de dichos barrios, sin que se hayan visto reducidos sus niveles sonoros, en parte motivado porque la primera causa de contaminación acústica de la ciudad es el tráfico.

Por último, señalaron el papel que ha desempeñado la hostelería para revalorizar el barrio de Ruzafa, marcado en las últimas décadas por altos índices de degradación urbanísticas y que «ha pasado a convertirse en una de las zonas más dinámicas y valoradas de la ciudad».