Maduro ordena disparar a matar

La tensión se disparó en las fronteras de Venezuela a menos de 24 horas de la entrada de la ayuda humanitaria. El estamento militar respondió ayer con violencia y abrió los temores a un estallido del conflicto a lo largo del día de hoy. Todo comenzó cuando un grupo de indígenas pemones intentaron impedir que seis convoyes llegaran a la frontera con Brasil para cerrarla, y así garantizar que la ayuda humanitaria dispuesta del lado brasileño pueda ingresar a territorio venezolano. Pero los guardias nacionales bolivarianos –el brazo represor del chavismo– arremetieron y accionaron sus armas de fuego. El madrugador tiroteo, ocurrido a las 6 de la mañana, terminó con dos muertos y más de trece personas heridas de bala, varios de gravedad

Como muestra de lo que reclamaban, los heridos no pudieron ser atendidos en el hospital más cercano, el de Santa Elena de Uairén, por la falta de insumos médicos, y debieron ser traslados finalmente hasta Boa Vista, en Brasil para ser tratados. Toda una foto de la crisis humanitaria que golpea el país caribeño y que Nicolás Maduro se niega a reconocer. A pesar de los enfrentamientos, el ministro de Seguridad de Brasil, el general de la reserva Augusto Heleno Ribeiro, descartó ayer una «acción agresiva» en la frontera con Venezuela y reiteró los planes del Gobierno brasileño para introducir los cargamentos de alimentos y medicamentos en el país vecino. Un primer avión de la Fuerza Área llegó ayer a Roraima con 22 toneladas de leche en polvo y 500 kits de primeros auxilios.

La oposición sacó ayer músculo con la celebración de un concierto masivo en el lado con Colombia. Dieciocho artistas subieron a la tarima para sumarse a la causa por Venezuela. Sobre la tarima dispuesta adyacente al puente Las Tienditas, del lado colombiano de la frontera, las estrellas ofrecieron su repertorio a quienes se acercaron al sitio, un descampado rural. La asistencia esperada era de 350.000 personas, a pesar de que muchos venezolanos que viajaron no pudieron llegar al lugar debido a los bloqueos de vías que instalaron las fuerzas militares venezolanas, además de grupos paramilitares chavistas, para evitar que transitaran también las caravanas de diputados opositores que buscaban alcanzar e límite fronterizo para preparar la entrada de ayuda humanitaria el sábado.

«El primer artista convocado fue Carlos Vives por el lado colombiano, y Nacho por el venezolano», confirmó a LA RAZÓN Andrea Minski, portavoz oficial del «Venezuela Aid Live» que se extendió durante al menos seis horas, con cada artista presentando dos o tres piezas. «Todos los artistas están mostrando su voluntad de ayudar», agregó.

Una gran tarima concentró entonces las actuaciones musicales, que no dejaron de insistir en mensajes políticos: la frase «Vamos bien», usada como lema por Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y reconocido como interino del país por medio centenar de países, se repitió en boca de los intérpretes venezolanos, como Chyno. Otros pidieron a quienes veían el evento en el lugar y por las transmisiones televisadas que colaboraran con la recaudación de 100 millones de dólares, que se puso como meta.

Richard Branson, el magnate británico propietario de Virgin y organizador del evento, dijo desde la tarima que estando sobre un puente la idea del día era justamente construirlos. «Si podemos enviar a personas al espacio, ¿por qué es tan difícil sacar a personas de la pobreza?», se preguntó durante su discurso. «Conocí muchos venezolanos que se fueron de su país y por eso quise ayudar. Este concierto busca ilustrar toda la idea de la crisis y la necesidad de ayuda humanitaria. El país más rico de América Latina es ahora el más pobre. Esto es inaceptable y prevenible. La música es el lenguaje universal que conecta culturas y rompe con las diferencias». Al cierre de esta edición se esperaba que apareciera en tarima, a través de un vídeo, el artista sorpresa de la jornada: Ed Sheeran. El line up cerraba con Carlos Vives, Juan Luis Guerra, Juanes, Maná y Alejandro Sanz como último acto, justamente por ser el músico que más beligerante ha sido sobre la situación venezolana, por lo cual ha sido vetado de presentarse dentro de Venezuela por el chavismo.

Del otro lado de la frontera, se esperaba el inicio del primero de los tres días de conciertos organizados por el régimen de Nicolás Maduro. La tarima, que apenas terminaba de ser instalada la mañana de este viernes, estaba custodiada por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia, la polícía política. Al cierre de esta nota, el evento no había iniciado y, según reportes locales, la asistencia era ínfima.

El cartel de artistas convocados mostraba únicamente artistas locales, de poco renombre y arrastre. Tres nombres destacaban para el público nacional: Omar Acedo, un reconocido cantante urbano pareja de la hija de Diosdado Cabello –el número dos del chavismo–, Paul Gillman, un rockero de vieja data, y Hany Kauam, quien procuró la última canción que Hugo Chávez usó en campaña electoral como jingle. Incluso Las Chicas del Can que habían sido invitadas declinaron asistir para no significarse.

Fuente: La Razón

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