En la plaza del Arzobispo, llamada desde 1923 a 1939 «del cardenal Benlloch», en un pequeño espacio ajardinado entre el Palacio Arzobispal y el Palacio del Marqués del Campo, hay dos piezas mencionables: una alberca rectangular de fondo ajedrezado con ladrillos verdes y blancos y cenefa en zig zag con una pila pétrea de tradición románica, decorada con dieciséis gajos en relieve tosco, todo rebasado por el agua del surtidor, equilibrado con su desagüe.
Por otra parte, la escultura al arzobispo D. Marcelino Olaechea Loizaga, arzobispo de Valencia entre 1946 y 1972. Sobre un alto pedestal prismático de sección cuadrada, se alza la escultura en bronce del prelado, es obra de Octavio Vicent, representa al arzobispo en pie, de tamaño algo mayor que el natural, con esclavina, solideo y manteo terciado, que le permite levantar el brazo derecho en actitud, muy suya, de entre saludo y bendición. Al frente del pedestal de cara al Arzobispado, la inscripción: «Valencia a su arzobispo Marcelino MCMLXXVII.» Inaugurada el 17 de febrero de 1978.
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