Seis viejos amigos, un maravilloso hotel en la Provenza francesa, manjares, vino y todo un fin de semana por delante para recuperar los doce años que han estado sin verse. El único problema es que ya no son los jóvenes universitarios de antaño.
-¿Por qué esta historia ahora? ¿Le ha ocurrido lo mismo que a los personajes?
-Llegas a una edad en la que te empiezas a preguntar qué fue de la gente que formaba parte de tu vida cuando estabas en la Universidad. El reencuentro además es un género literario y de ficción y me pareció una situación que tiene mucho de memorable, contar esa vuelta a verse, a redescubrirse a compararse, que es inevitable… y me apetecía escribir sobre eso. Me he divertido muchísimo con esta novela.
-Pero recuperar una amistad después de tantos años es muy complicado, ¿no?
-Es muy difícil porque a los 40 no somos la misma persona que éramos a los 20. Muchas veces te encuentras a personas que fueron tus amigas a los 20 y dices «¿yo qué tenía que ver con esta persona?». Y al final la amistad es compartir. Recuperar una amistad no es tan importante como reinventarla. Si esa persona te sigue importando y la sigues queriendo, hay un proceso de readaptación.
-Es tan complicado el reencuentro que tienen que utilizar una mentira para lograrlo
– Si claro, para fomentarlo. Todos tenemos nuestro trabajo, nuestra familia, nuestro negocio, nuestra casa… Y dedicar un fin de semana entero se hace muy complicado. Luego está el miedo a que no salga bien, a que haya mal rollo. Siempre hay una excusa. Pero después, esas reuniones de antiguos amigos, normalmente salen bien.
-Y luego está la entrada de los «intrusos», las parejas de tus amigos…
-Claro. Con las parejas de los amigos todos somos como la suegra, más cuando eres más joven, cuando eres mayor hay otra voluntad de abrirse y de integrar, pero a los 20 años las parejas de tus amigos son intrusos que vienen a robarnos a nuestros amigos.
-También hay una historia de sueños no cumplidos, a la mayoría de ellos las cosas no les han salido como esperaban.
-Es que los sueños que se tienen a los 20 años no se cumplen. Lo importante de los personajes es que son muy conscientes de que no se han cumplido sus sueños, y no pasa nada, no están amargados, han ido adaptándose a lo que la vida les ha dado. La vida es eso, adaptar los sueños perdidos a lo que te ha dado y no sentir como un fracaso la no consecución de los sueños. A los 20 hay que tener muchos sueños y cuanto más irrealizables mejor y a los 40 hay que asumir que esos sueños no pueden cumplirse.
-Incluso en el terreno sentimental, todos han tenido bastante mala suerte.
– Sí, a Jorge porque se enamora de un canalla, y en el caso de Cecilia porque hay una historia que sale mal y ya está. Pero lo que todos han aprendido es a no dramatizar el fracaso.
-Hay dramas detrás de los personajes: alcoholismo, malos tratos, abandonos…
-Hay la vida, en todos ellos, y una depresión, y un intento de suicidio. Lo que todos tenemos en la vida, al final conforme vas cumpliendo años vas acumulando páginas, y algunas son duras. Lo que pasa es que todos han aprendido a integrar esas páginas como parte de un proceso.
-¿Qué ideal de amistad es el que has querido contar?
-Hay que recordar que la amistad necesita tiempo y esfuerzo. Y hay que intentar encontrar ese tiempo. Cuidamos a la pareja, a la familia, pero descuidamos a los amigos, a lo mejor porque también les exigimos menos. Pero hay que hacer ese esfuerzo, encontrar un rato para estar juntos, porque no se puede vivir solamente del cariño que se tiene.
-¿Por qué Francia?
-En esta novela era muy importante sacar a los personajes de su marco y llevarles a un sitio que esté lejos de su casa. Si organizas esto en una casa rural en Galicia, en un momento de mal rollo uno dice cojo el coche y me voy. Hacía falta que estuvieran lejos, en un pueblo a dos horas del aeropuerto más cercano… que no se pudiera ni contemplar la posibilidad del portazo. Para esta historia además hacía falta crearles un ambiente maravilloso y que todo ayudara a esa reconciliación.
-Salen muchos secreto ocultos, no cualquier amistad resiste que salgan tantos secretos a la luz.
-Pero es que en los grupos de amigos hay secretos. Algunos nos parecieron en su momento terribles y luego con perspectiva te das cuenta de que no tenían tanta importancia. Pero claro, cuando las personas viven una amistad tan intensa, hay episodios oscuros que a veces prefieres guardar, y hay malos entendidos porque te callas cosas, por orgullo o simplemente por no molestar al otro, hasta que un día uno mete la pata.
-Algunos de ellos se ven obligados a reinventarse a una cierta edad.
-Claro, y más con esta crisis. Yo conozco a mucha gente que se ha tenido que reinventar. Unos porque no les ha quedado otra, y otros porque han tenido su particular crisis personal, han dejado sus trabajos porque no les gustaban y han empezado de nuevo. Es bonito ver que se puede hacer.
-Cómo usted, reconvertida ahora a política, ¿cómo nació esta faceta suya?
-A la fuerza, por una proposición directamente de Albert Rivera que me dijo que quería que me presentara a las primarias de Madrid porque necesitaba a una persona para llevar temas culturales. Me di cuenta de que me estaban dando la oportunidad de estar en el sitio desde el que se cambian las cosas.
-¿Qué cree que va a pasar con los pactos?
-A mi me gustaría que hubiese Gobierno porque no podemos permitirnos perder más tiempo ni más dinero. Pero, entre un mal Gobierno que sería ese «tótum revolútum» de siglas, y elecciones, yo prefiero elecciones. Quiero que haya un Gobierno pero no a cualquier precio. Pero queda un mes y en política en un mes pueden pasar muchas cosas.
Source: Comunitat Valenciana