May cierra filas con un nuevo Gabinete y su «Brexit blando»

La última vez que hubo dos dimisiones en menos de 24 horas en un Gobierno británico fue en 1982, cuando Lord Carrington y Humphrey Atkins renunciaron por la invasión de las Malvinas. Si aquello fue una guerra real, el Brexit se ha convertido también en una auténtica batalla campal en Westminster, donde ya no se descarta ningún escenario. Por el momento, la «premier» Theresa May sigue sobreviviendo. La salida de David Davis como ministro del Brexit y de Boris Johnson como titular de Exteriores ha creado una grave crisis de Gobierno. Pero en un intento por mostrar unidad, la aún líder «tory» publicó ayer en las redes sociales una fotografía de su nuevo Gabinete, que se dio cita en Downing Street para la presentación de las nuevas incorporaciones. «Una reunión productiva, con miras a una semana ocupada», matizó May en Twitter.

Sin duda alguna, la amenaza de rebelión que plantea ahora el núcleo duro euroescéptico coincide con unos días decisivos en los que May tiene que presentar su propuesta comercial post-Brexit a Bruselas, acudir a una importante cumbre de la OTAN y recibir a Donald Trump en una polémica visita al suelo británico. Tras la salida del bloque, Londres tiene que afianzar más que nunca sus lazos con Washington, pero la inquilina del número 10 no muestra precisamente una imagen de fortaleza.

Sobre su autoridad hay una permanente espada de Damocles. Al menos, por el momento, parece que cuenta con el respaldo de la mayoría de sus filas. Uno de los «brexiters» más influyentes, Michael Gove, ministro de Medio Ambiente, aseguró ayer que respaldaba «cien por cien» los planes de la «premier» y que no se le pasaba por la cabeza dimitir. De la misma manera se manifestó Liam Fox, al frente de Comercio Exterior. Para aumentar la presión, dos de los vicepresidentes «tories», Ben Bradley y Maria Caulfield, presentaron su renuncia en desacuerdo con la estrategia de May para el Brexit.

Se necesitan 48 peticiones formales de diputados «tories» pidiendo una moción de censura para que Sir Graham Brady, presidente del llamado Comité de 1922 , active una votación. Y hoy los enemigos de May no parece que puedan reunir los apoyos necesarios para forzar una batalla por el liderazgo del partido.

Todo el mundo está muy pendiente de los pasos de Boris Johnson. Mientras que la renuncia del ex ministro del Brexit se vio por principios, la dimisión del que fuera titular de la diplomacia se interpreta como pura estrategia para alcanzar su sueño de convertirse en líder «tory». Por lo que podría estar tramando un plan para convocar primarias en la formación. En el sector euroescéptico, hay varias voces que aseguran que su objetivo no es forzar la marcha de May, sino cambiar la propuesta comercial que mañana se presentará de manera oficial a Bruselas, que apuesta por un área de libre comercio para bienes industriales y agrícolas con el bloque, basada en un «reglamento común».

Fuente: La Razón

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *