Menopausia, adiós al dramatismo, bienvenida nueva etapa vital

La menopausia y la andropausia son procesos fisiológicos que, lejos de verse de un modo «dramático», pueden servir para iniciar una nueva etapa vital en la que, ante una mayor esperanza de vida, primen buenos hábitos como el ejercicio físico y la alimentación saludable.

Así lo asegura el nuevo presidente electo de la Sociedad Europea de Menopausia y Andropausia, Antonio Cano, primer español en ocupar este cargo, quien afirma que la menopausia actual «no tiene nada ver» con la del siglo XX.

«Hemos pasado de lo que ha sido algo anecdótico, como el tema de los sofocos, a un perfil de atención a la salud de la mujer más global, enfocado en la promoción de la salud y en la prevención del riesgo de desarrollar enfermedades para mejorar los indicadores de salud», señala.

No obstante, el jefe de Servicio de Ginecología del Hospital Clínico de Valencia precisa que los sofocos que afectan a entre un 20 y un 30 por ciento de las mujeres menopáusicas tienen un impacto clínico y en estos casos «no es ninguna anécdota».

La Sociedad Europea de Menopausia y Andropausia, una entidad multidisciplinar con más de 600 miembros inscritos de todos los continentes, se creó hace veintiséis años y aunque entonces tenía un mayor contenido la andropausia, en la actualidad prima el objetivo de promocionar la salud de las mujeres.

A su juicio, se le ha dado siempre menos importancia a la andropausia porque es «clínicamente menos dramática» que la menopausia, el declive en los hombres es más suave y progresivo que en el caso de las mujeres, que acuden en mayor número a pedir ayuda al especialista.

Antonio Cano explica que solo se conocen dos especies que sufren el proceso de la menopausia, los humanos y las orcas, y en ese proceso fisiológico se produce una pérdida de hormonas que tiene impacto no solo en el aparato genital o las mamas, sino también en los huesos o en la función cerebral, afectando al estado del ánimo.

Las mujeres viven más, pero peor

La mujer tiene perfiles biológicos muy distintos al varón, vive más -que es una buena noticia- pero vive peor», explica Cano, que cita un estudio hecho en Holanda según el cual a partir de los 60 años hay en el sexo femenino «un declive de la calidad de vida brutal». También en la Unión Europea los indicadores de salud están peor en las mujeres que en los varones.

Fuente;: La Razón

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