Miquel Iceta nos recibe en el Parlament de Cataluña. No asistió al almuerzo con Pedro Sánchez con líderes socialistas por su actividad parlamentaria. No se muerde la lengua ni ante los barones ni ante los independentistas. Cree que el soberanismo tiene la oportunidad de elegir entre el modelo PSOE o el de las tres derechas. Y acusa a los barones socialistas de apoyar un modelo rancio para España.
¿Las críticas en el PSOE a Sánchez por su gestión en Cataluña es miedo escénico tras el 2-D?
Es verdad que después de una derrota electoral se abren debates sobre las causas y, como normalmente no sólo hay una, hay muchos matices. El Gobierno está actuando correctamente. Si hay críticas no las comparto.
Page o Lambán plantean la ilegalización de los partidos independentistas.
El presidente García-Page sabe que hay una Ley de Partidos…
A ella se acoge…
Entonces, solo tiene que ir a los tribunales si cree que se vulnera algún supuesto y esto no sucede. Nosotros defendemos que todas las ideas pueden ser defendidas en democracia. Por tanto, mientras no se produzca alguna vulneración de la ley, los partidos independentistas tienen todo el derecho a defenderlas y presentarse a las elecciones. Espero que nadie piense que podemos ilegalizar a dos millones de catalanes como forma de resolver el problema.
¿No será que quieren más mano dura para evitar perder las elecciones?
Nuestra posición es diálogo dentro de la ley. Nos oponemos a los que quieren saltarse el diálogo o saltarse la Ley. A aquellos que dudan desde el PSOE de esta posición, les digo dos cosas. Si defienden el proyecto político de otro partido, entre el original y la copia, pierden. Si dejan de defender el proyecto propio de los socialistas, también pierden. Los votantes socialistas quieren un Estado de las Autonomías que funcione bien, no están por liquidarlo. La «España una y no cincuenta y una» o la «España una, grande y libre» no están en el proyecto socialista. Si alguien duda sobre esto, le está haciendo un gran favor a la derecha que ha optado por un modelo más rancio.
Pero el presidente se quedó sólo en el Pleno…
Uno puede quejarse mucho de las declaraciones de Torra y hacer un juicio sobre sus intenciones, pero la Constitución prevé medidas a consecuencia de actos y decisiones, que no se han producido. Los que se llenan la boca de Constitución harían bien en conocerla. Por eso, para el independentismo lo que plantea la derecha española sería un regalo. Les une la perspectiva del juicio, tener dirigentes en la cárcel o en el extranjero, o la idea de que España hay represión. Son los más interesados para seguir hablando del 155. Casi tienen más interés que Casado y Rivera.
¿Harán caer al Gobierno?
No depende de ellos. Las elecciones sólo dependen del presidente o de que alguien presente una moción de censura ganadora. Votaron la moción para hacer caer a Rajoy, y quizá pensaron que con un presidente socialista no se defendería a España. Si lo hicieron, han visto que han errado. Con este gobierno hay una oportunidad. La cuestión es saber si serán capaces de aprovecharla. Hay dos políticas en España: el enfoque del PSOE o el enfoque de las tres derechas. Ellos tienen la decisión.
¿Cree posible un adelanto electoral?
No, porque Sánchez tiene una tenacidad política de hierro. Su voluntad es aguantar la legislatura, si puede. Desde luego, no está pensando en hacerlas antes del verano. Ahora bien, en política las circunstancias acaban mandando. Puede cambiar esta opinión si cambian las circunstancias.
¿Junqueras es la gran decepción? Ustedes esperan una respuesta que nunca llega porque nunca se desmarca de la estrategia de Puigdemont.
Los independentistas están divididos. Compiten por el liderazgo y, sobre todo, existe un pánico cerval a ser tildado de traidor. Todos se miran de reojo y nadie quiere ser el primero que parezca que se baja del caballo. Eso explica que cuando ERC toma una posición más pragmática, más realista y más favorecedora a un acuerdo, en el último momento se echa atrás por miedo de que alguien le acuse de traidor.
¿El independentismo es violento?
Hay independentistas violentos, como hay violentos en sectores no independentistas. El independentismo en Cataluña no ha sido violento, aunque hay que recordar que existió Terra Lliure y antes Epoca, que fueron minoritarios. Los independentistas se han caracterizado por promover manifestaciones pacíficas, participativas y ciudadanas.
¿Incluidas las de este fin de semana pasado?
Eso fueron minorías. La autopista fue cortada por apenas 100 personas. 100 entre dos millones, me parece una proporción residual, lo que no quiere decir que no sea importante. Para eso, tenemos a la policía para evitar que minorías, por pequeñas que sean, puedan alterar la seguridad y el derecho de todos a la movilidad.
¿Esperemos al viernes 21?
Nuestra Constitución ampara el derecho de expresión y manifestación. Tienen derecho a manifestarse en contra de la presencia del Gobierno. Lo que no tienen derecho es a hacerlo de forma violenta. La policía tiene la obligación de garantizar que ejerzan sus derechos sin colisionar con otros, como el del Gobierno a reunirse en Barcelona o como el de los ciudadanos a pasear o hacer sus compras navideñas.
El propio Govern que tildó de «provocación» esta visita…
En eso ya han fracasado. El Gobierno va a venir y la reunión se va a celebrar. Nadie lo va a impedir. Los que quieren impedir la reunión no tienen derecho a hacerlo.
¿Tiene dudas sobre el papel de los Mossos?
Se hace un flaco favor a la Policía cuando se duda de su profesionalidad sin razón. Torra cometió un gravísimo error al cuestionarlos. Ni siquiera pidió una investigación interna antes de pronunciarse. En Terrassa y Girona, los Mossos actuaron para impedir enfrentamientos entre grupos distintos. Hay que agradecérselo.
¿Qué propuesta espera el soberanismo del Gobierno?
Esperan que libere a los presos, cosa que no depende del Ejecutivo, y que se celebre un referéndum sobre la independencia. Si sólo plantean estas salidas, tienen que saber que por ahí no hay camino. Quieren negociar sin tener el respaldo de dos tercios del Parlament. Cualquier propuesta debe contar con este apoyo. No lo tienen y, por eso, quieren orillar esta cuestión básica. Antes de nada, hemos de negociar entre catalanes y fijar una posición con amplio respaldo para negociar con el Gobierno de España. El independentismo no es Cataluña, no tiene mayoría.
Entonces, ¿no hay salida?
La hay, pero no es ni sencilla ni rápida. Estoy convencido que algún día habrá una mayoría de dos tercios en el Parlament que pedirá más autogobierno y más financiación. Y esto deberá ser negociado con las instituciones del Estado. Lo que no habrá es mayoría de dos tercios para saltarse la Constitución y el Estatut. Este es el error del año pasado. Se lo saltaron todo sin tener la mayoría suficiente.
Torra y Puigdemont deberían irse…
Puigdemont ya se fue. Ahora preside una entidad privada. Torra cada día muestra la incomodidad de su papel porque no acepta el sistema institucional que le ha permitido llegar a ser president. Este sombrero no le encaja muy bien. Fuera del respeto a las leyes que le han investido, no puede ejercer como presidente. Había personas mejor capacitadas que Torra para ejercer de president. Esto es evidente. Recibió la confianza del Parlament conforme a la Constitución y el Estatut, no conforme con lo que él desearía que dijera un nuevo Estatut o una eventual constitución catalana.
¿Vox es el maná para que el soberanismo justifique que Franco sigue vivo en España?
El independentismo adapta sus argumentos a sus fines. El miércoles en el Parlament dijeron varias veces que Vox y el PSOE eran lo mismo. Siempre buscarán argumentos falaces.
En el resto de España les acusan de ser cómplices del independentismo…
En Cataluña hay gente que no ve diferencia entre PSOE, PP, Ciudadanos o Vox. Dicen que son lo mismo. En el resto de España, hay gente que piensa que Pedro Sánchez y el independentismo son socios. Todo a la vez no puede ser.
¿Los independentistas están utilizando a los presos para aumentar la tensión?
Es chocante ver cómo los presos inician una huelga de hambre mientras que el independentismo que no está en la cárcel parece taparla. La «vía eslovena», los ataques a los Mossos, son ejemplos de su desorientación y su división. El discurso independentista puede ser un discurso muy cargado, pero en esta legislatura no se ha producido ningún quebranto de la legalidad. Hace un año se aprobaron leyes ilegales, un referéndum ilegal y se proclamó de forma unilateral la independencia. Hoy estamos mejor. ¿Eso quiere decir que estamos bien? Pues, no. Todavía debemos recorrer mucho camino.
¿La huelga es contra ERC?
Dicen que es contra el Constitucional. Lo voy a dejar ahí. Lo que es evidente es que hay presos que la hacen y presos que no.
¿Cataluña necesita más ibuprofeno o una intervención quirúrgica?
Hace falta mucha tila. El ibuprofeno ya se ha tomado. La inflamación es menor que hace un año. Hace falta más voluntad por parte del independentismo de llegar a acuerdos. Hay un escollo: el juicio pendiente. Soy muy consciente de las dificultades que vamos a tener antes de la sentencia para poder avanzar mucho más.
Fuente: La Razón