Mueller imputa a doce espías rusos por «hackear» a Clinton

El Departamento de Justicia de EE UU anunció ayer la imputación de doce altos cargos de la agencia militar de inteligencia rusa por interferir en la campaña electoral de la candidata demócrata, Hillary Clinton. La imputación fue solicitada por el fiscal especial Robert Mueller, encargado de investigar la supuesta trama rusa. Los cargos, anunciados por el fiscal general adjunto, Rod Rosenstein, hacen referencia a funcionarios del servicio de inteligencia creado por el Kremlin en 2016 y conocido como GRU. Dos de sus unidades habrían cometido robos de datos electrónicos, así como de información personal de 500.000 votantes, con el objetivo de interferir en las elecciones presidenciales estadounidenses de ese año.

Los agentes imputados entraron en la red informática del Comité Nacional Demócrata (DNC), órgano ejecutivo del partido, con el objetivo de extraer y manipular información de Clinton, aunque no se ha demostrado que dichas acciones influyeran en el resultado de los comicios.

«No hay ninguna alegación de que un ciudadano estadounidense cometiera un delito, ni de que los resultados electorales se vieran afectados», subrayó el «número dos» de Justicia. «No hay ninguna alegación de que hubiera estadounidenses que supieran que estaban hablando con oficiales rusos», añadió. Lo que descarta, por el momento, la conexión entre Rusia y la campaña de Trump, como el mismo mandatario estadounidense ha defendido en numerosas ocasiones.

Los doce agentes rusos participaron, según Rosestein, en un «esfuerzo constante» por acceder a las redes de ordenadores del DNC y a la campaña de la ex secretaria de Estado para conseguir información confidencial y difundirla después por internet.

Los imputados, residentes en Rusia, están acusados de delitos informáticos, lavado de dinero y robo de identidad. Entre las acciones realizadas, destacan la transmisión de virus en las cuentas de correo electrónico de trabajadores y voluntarios del equipo de la demócrata, con el fin de conseguir sus contraseñas y tener acceso a otra documentación para controlar su actividad. Al parecer, trataron de acceder también a contenido de agencias estatales y diversas áreas del Gobierno. Para ello, se habrían hecho pasar por activistas estadounidenseses, sirviéndose de las redes sociales Facebook y Twitter para diseminarlos.

En su primer año de pesquisas, y contando con esta reciente imputación, el fiscal Mueller ha presentado cargos contra 32 personas (25 de ellas rusas) y tres empresas, de entre las que destacan cuatro responsables de la campaña de Trump o de su presidencia (tres de ellos se han declarado culpables y se prestan a colaborar) y trece rusos acusados de influir en la campaña a través de las redes sociales. Esta nueva imputación sale a la luz tres días antes de la esperada cumbre bilateral entre el mandatario estadounidense y su homólogo ruso, Vladimir Putin.

Fuente: La Razón

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *