El Rey Felipe VI; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el presidente de la Generalitat, Quim Torra; las alcaldesas de Barcelona y L’Hospitalet de Llobregat, Ada Colau y Núria Marín, y el consejero delegado de la GSMA, John Hoffman, han inaugurado este lunes el Mobile World Congress (MWC) en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona. Torra y los conselleres que le acompañaban han dejado el recorrido inaugural antes de llegar al pabellón de España.
En la comitiva se encontraban la ministra de Economía, Nadia Calviño; el ministro de Ciencia, Pedro Duque; el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès; la consellera de Presidencia, Elsa Artadi; el conseller de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, y la consellera de Empresa y Conocimiento, Àngels Chacón.
En representación del Gobierno también han acudido la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera; el secretario de Estado para el Avance Digital, Francisco Polo, y la alta comisionada para la Agenda 2030, Cristina Gallach.
Del ámbito empresarial y económico, han asistido el presidente y el consejero delegado de Fira de Barcelona, Pau Relat y Constantí Serrallonga; el presidente de la Cámara de Barcelona, Miquel Valls, y el presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet.
En esta ocasión no ha acudido el presidente del Parlament, Roger Torrent, que en la anterior edición inauguró el congreso junto a la comitiva del salón internacional.
Sobre las 10.10 horas, el Rey, Sánchez y Torra, junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han llegado en un minibús a la entrada de uno de los pabellones de Fira de Barcelona, donde han saludado a miembros de los órganos de gobierno de la entidad ferial y de la fundación Mobile World Capital.
El jefe del Estado y los dos presidentes han participado antes en una reunión con los responsables de GSMA, la entidad organizadora de la feria.
A su llegada al recinto de la Fira de Barcelona, Don Felipe ha sido recibido por Sánchez.
Como ocurrió anoche en la cena de apertura del Mobile, Torra y Colau no han salido a recibir al monarca, sino que le han saludado en el interior de la sala donde se ha celebrado el encuentro.
En la reunión, sin presencia de medios gráficos, han informado a las autoridades de las principales novedades de la presente edición del MWC, que se espera que visiten alrededor de 107.000 personas durante los cuatro días que dura el evento.
En ese encuentro han podido conocer de primera mano innovaciones de compañías como Google, Ericsson o Huawei, entre otras marcas, así como iniciativas de carácter más ciudadano, como kits educativos de robótica pensados para niños.
También han asistido al encuentro las ministras de Economía y Empresa, Nadia Calviño, y de Política Territorial, Meritxell Batet, y el titular de Ciencia, Pedro Duque, así como la socialista Núria Marín alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, municipio donde está situado el recinto ferial.
El recorrido por la feria incluye la visita a los expositores de España y Cataluña y al de diversas compañías de telefonía, entre ellas Telefónica, cuyo presidente ejecutivo, José María Álvarez-Pallete, ha recibido a las autoridades antes de mostrarles el pabellón de la multinacional española.
El MWC se celebra en Barcelona desde 2006 y está garantizada su continuidad en la capital catalana al menos hasta 2023.
No obstante, el consejero delegado de GSMA, John Hoffman, confesó hace pocas semanas que debido a la preocupación por la inestabilidad política en Cataluña, les llevó el año pasado a tener preparado un plan de crisis que previó la cancelación del evento y su traslado a dos posibles ubicaciones fuera de España.
La estimación es que el MWC de este año va a tener un impacto económico para el área de Barcelona de unos 473 millones de euros.
La feria cuenta con una superficie de 120.000 metros cuadrados, 5.000 más que en 2018, en los que se distribuyen 2.300 expositores.
La gran protagonista de la edición de este año es la tecnología 5G, que permite incrementar notablemente la capacidad de las redes móviles, y también destacan los aparatos equipados con tres cámaras traseras y los terminales plegables.
Efe
Fuente: La Razón