La tensión entre India y Pakistán crece a medida que pasan las horas. Los ataques mutuos registrados en las últimas horas son los más graves desde hace décadas y hacen temer que estalle un nuevo conflicto bélico entre dos naciones que cuentan con bombas atómicas.
Ante el peligro de una escalada mayor que trascienda a las ofensivas menores que se han registrado entre los dos países desde este martes, el primer ministro paquistaní, Imran Jan, ha hecho un llamamiento al diálogo y el sentido común a su homólogo indio, Narendra Modi, y ha advertido del riesgo de que esta crisis siga aumentando, habida cuenta de que los dos países cuentan con armamento nuclear.
En un mensaje a la nación después de que India bombardeara el martes un supuesto campo del grupo terrorista Jaish-e-Mohammad en suelo paquistaní y que la Fuerza Aérea de Pakistán haya derribado este miércoles dos cazas indios y apresado a dos pilotos, el primer ministro ha defendido que «es crucial que India use la razón».
«Mi pregunta al Gobierno indio es, ¿con las armas que vosotros y nosotros tenemos podemos permitirnos un error de cálculo?», ha planteado, en una clara alusión a que ambos países cuentan con arsenal nuclear.
«Si continua la escalada a partir de aquí, ¿hacia dónde irá? Ni Modi ni yo podremos controlarlo», ha subrayado Jan. Por ello, ha añadido, «le invito una vez más al diálogo». «Debería prevalecer el sentido común. Deberíamos resolver nuestro problemas mediante el diálogo», ha defendido.
De hecho, Jan ha reiterado el ofrecimiento de Pakistán a cooperar con India en «cualquier tipo de investigación» sobre el atentado del pasado 14 de febrero en la Cachemira india en el que murieron más de 40 soldados indios, «porque el terrorismo no va en el interés» del país.
Pero Islamabad también ha dejado claro, según ha subrayado el primer ministro, que «nos veríamos obligados a responder si India perpetraba una agresión», como ocurrió este martes. Según ha explicado, Pakistán no actuó tras el bombardeo indio porque «no conocía el alcance total de daños» y «habría sido irresponsable».
El mandatario paquistaní ha asegurado que su plan ha sido en todo momento que «no hubiera víctimas» indias sino «demostrar a India que si ellos pueden entrar en nuestro espacio, nosotros también». «El problema ahora es hacia donde vamos», ha prevenido, según informa la cadena Geo TV.
Después de que el Ejército indio atacara este martes un campo de entrenamiento paquistaní y de que apenas unas horas más tarde murieran 4 civiles y 11 resultaran heridos tras una ofensiva de militares indios, Pakistán ha respondido este miércoles derribando dos aviones de combate y capturando a sus pilotos, algo que para y el ex embajador de la India en Estados Unidos supone cruzar «una línea roja».
Pakistán ha informado del suceso poco después de que la Fuerza Aérea india señalara también que había interceptado al menos tres aviones de combate paquistaníes que habían cruzado este miércoles al lado indio de Cachemira.
Estos ataques son los más graves que tienen lugar desde la guerra que libraron los dos países en 1971.
Los aviones paquistaníes habrían entrado en el sector de Bimber Galinoushera en la Línea de Control, una línea de alto el fuego que sirve de frontera de facto en la disputada región de Cachemira, según ha contado un funcionario indio.
El principal aeropuerto de Srinagar, la capital de la Cachemira india, se ha cerrado durante tres horas, según ha confirmado la Policía de la ciudad. India también ha cerrado aeropuertos en Pathankot, Leh, Srinagar y Jammu, además de los de Chandigarh y Amritsar. India ha anunciado restricciones en su espacio aéreo
Y es que, las Fuerzas Armadas de Pakistán han derribado dos aviones militares de la Fuerza Aérea india que se han adentrado en su espacio aéreo y han arrestado a dos pilotos que tripulaban esas aeronaves, según ha informado el diario local ‘Dawn’.
Los incidentes de este miércoles llegan después de que el martes la Fuerza Aérea india lanzara un ataque en suelo paquistaní contra lo que aseguró que era una campamento de entrenamiento de milicianos del grupo que reivindicó la autoría del atentado que mató a 40 militares indios en Cachemira el 14 de febrero.
El que fuera embajador de India en Estados Unidos, Lalit Mansingh, ha advertido a Pakistán de haber traspasado «una línea roja» con el derribo de estos dos aviones.
Lo cierto es que el conflicto entre los dos países por esta región es anterior incluso a que India y Pakistán lograran su independencia de Gran Bretaña en 1947.
Bajo el plan de partición provisto por la Ley de Independencia de India, Cachemira era libre de acceder a India o Pakistán. El maharajá (gobernante local), Hari Singh, eligió la India y estalló una guerra de dos años.
Otro nuevo conflicto saltó en 1965, mientras que en 1999, India luchó un breve pero amargo conflicto con Fuerzas Armadas respaldadas por Pakistán.
Desde entonces, ambas naciones cuentan con arsenal nuclear, lo que hace que el conflicto acabe trascendiendo y preocupando seriamente a toda la comunidad internacional que han llamado a las dos partes a limar las asperezas desde hace décadas.
India y Pakistán acordaron un alto el fuego en 2003 después de años de derramamiento de sangre a lo largo de la frontera de facto (también conocida como la Línea de Control).
Pakistán prometió dejar de financiar a los insurgentes en el territorio, mientras que India les ofreció una amnistía si renunciaban a la militancia.
Pero en 2014, un nuevo gobierno indio llegó al poder prometiendo una línea dura con Pakistán, aunque también mostró interés en mantener conversaciones de paz.
En 2018, más de 500 personas han muerto por enfrentamientos, la cifra más alta en una década.
Sin embargo, todo se ha complicado el 14 de febrero tras el atentado terrorista en Pulwama. El Gobierno de India llamó a consultas a su embajador en Pakistán tras el ataque en el que murieron 44 soldados indios. El Gobierno de Nueva Delhi denuncia que Pakistán está implicado, una acusación que ha rechazado el Ejecutivo paquistaní.
Desde el 14 de febrero hasta la fecha, la crisis entre los dos países no ha hecho más que elevarse.
Fuente: La Razón