Pekín y Bruselas buscan una alianza frente a EEUU

La política crea extraños compañeros de cama según la célebre frase de Winston Chuchill. En la era de Donald Trump, esta máxima está más vigente que nunca. En un tablero cada vez más inestable, China y la UE estrechan lazos. Más allá de las diferencias, las dos partes tienen ahora un enemigo común: el inquilino de la Casa Blanca y su guerra comercial. Los líderes de la UE pedirán hoy al gigante asiático una mayor apertura comercial como modo de contrarrestar la deriva proteccionista de Washington. Para abrir boca, la canciller Angela Merkel y el primer ministro chino, Li Kegian, se reunieron en Berlín recientemente y el vicepresidente de la Comisión Europea, Jyrki Katainen, viajó a Pekín hace tres semanas.

A pesar de los intereses comunes, nada es idílico. La Unión Europea ha denunciado a China ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por su falta de respeto a las leyes de protección intelectual. Además, quiere que Pekín acelere la apertura a las exportaciones europeas, el acceso de las empresas de los Veintiocho y el fin de las medidas restrictivas en ciertos sectores. Pekín está intentando sellar un frente común con la UE para acudir de manera conjunta ante la OMC tras la imposición de aranceles por parte de Trump al acero y al aluminio. De momento, la delegación europea se lo está pensando. A pesar de las tensiones con Estados Unidos, Bruselas se sigue resistiendo a desmantelar la alianza tejida con Washington tejida desde el final de la II Guerra Mundial. El presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, se entrevistará con Trump a finales de julio en la Casa Blanca. Los Veintiocho aún confían en reconducir la situación y que Washington no cumpla su amenaza de extender sus aranceles a los coches europeos. Una medida que sería un ataque directo (no sólo vía Twitter) a Merkel.

Además, la UE sigue considerando que Pekín mantiene exceso de capacidad en acero y aluminio. Un veredicto que comparte con Washington y Tokio. Pero ya no está claro quiénes son los amigos y quiénes los enemigos. «La UE no está del lado de ninguna parte o país», aseguró Katainen en su visita a Pekín.

De momento, la UE y Pekín han acordado la puesta en marcha de un grupo de trabajo en la OMC para estudiar una reforma de las normas comerciales internacionales y evitar los desequilibrios En los últimos meses, ha habido algunos avances. China ha abierto su mercado al vacuno de Francia e Irlanda y está dispuesta a cierta apertura en sectores como el financiero y el automovilístico. Unas concesiones que a la delegación europea le parecen todavía insuficientes. Las contrapartidas no terminan aquí: Pekín aceptó esta semana la libertad de Liu Xia, viuda del Nobel de la Paz Liu Xiaobo, que llevaba ocho años en arresto domiciliario.

Fuente: La Razón

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