A no ser que se produzca un milagro en las próximas horas, el próximo lunes los estibadores del puerto de Valencia llevarán a cabo una huelga por el nuevo decreto aprobado por el Gobierno central que regula el sector. Mientras tanto, la «marcha lenta» de la carga y descarga en el recinto portuario valenciano, que se viene produciendo desde el pasado 14 de febrero, está provocando unas pérdidas de 2,5 millones de euros diarios a las empresas portuarias, según denunció la Sociedad de Estiba y Desestiba del Puerto de Valencia (Sevasa).
Así se cumplen ya dos semanas de esta situación, a la espera de los resultados de las negociaciones entre patronal y sindicatos. Los estibadores han convocado para hoy una Asamblea informativa en la que se comunicará el resultado de las conversaciones mantenidas ayer con la patronal.
Las sociedades de estiba ya han señalado que barajan la posibilidad de aplicar sanciones por esta ralentización, pero por el momento no se ha iniciado ninguna acción al respecto. La caída de productividad en los estibadores -en Valencia trabajan unos 1.400- ha obligado al desvío de diecisiete buques que tenían que cargar o descargar en el puerto de Valencia, y que finalmente lo tuvieron que hacer en otros recintos, como el de Barcelona.
El pasado lunes el puerto de Valencia registró retenciones en los accesos a terminales y en la V-30 de hasta cinco kilómetros debido a una asamblea celebrada a primera hora de la tarde que paralizó la actividad durante dos horas.
La situación tiene más que preocupados a los empresarios y políticos de la Comunitat. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, confió ayer en que se alcance una solución «dialogada» y «razonable» al conflicto entre estibadores y patronal que, dijo, «está enquistado muchos años» y está produciendo «pérdidas muy importantes a la economía valenciana».
Según Puig, «más allá de cualquier otra consideración quien está en estos momentos sufriendo es la economía valenciana, que va a arrastrar a todos y vamos a poder perder puestos de trabajo y oportunidades en un muy buen momento de la economía valenciana».
Destacó que, aunque es un conflicto nacional, el puerto de Valencia se está viendo especialmente afectado, así como los de Castellón y Alicante.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, José Vicente Morata, afirmó ayer que existen posibilidades de negociar en el conflicto de los estibadores y «se tienen que agotar», y recordó que otros sectores como la minería y la siderurgia llegaron a acuerdos para reestructurarse.
Morata apostó por la negociación por parte del Gobierno central al tratarse de una huelga «muy seria» y que pone en juego el abastecimiento del país por los puertos. Señaló que para ser competitivos los costes logísticos deben reducirse, y la organización del trabajo debe estar a cargo de las empresas.
Source: Comunitat Valenciana