Más de 200 presidentes y representantes de comisiones dejan la asamblea al grito de «Pere, vete ya»
«¡Pere, vete, ya!, ‘Pere, vete ya…». Este fue el grito que corearon ayer cientos de presidentes de fallas y representantes de comisiones al inicio de la asamblea de presidentes y en pleno plante ante el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, tras los continuas ausencias del edil ante los órganos de decisión de las Fallas.
[wp_ad_camp_2]A cinco minutos de empezar la cita, poco más de una docena de asistentes permanecían en la sala del Palau de la Música que acogía la asamblea. El resto, más de 200 optaron por dejar sus asientos al comprobar que una vez más Fuset no había hecho acto de presencia y como respuesta a la petición del presidente de la Interagrupación de Fallas, Jesús Hernández, quien arengó a los presentes a dar por terminada la reunión. En los pasillos hubo un rotundo aplauso y la gente coreó, casi como en un partido de fútbol, la frase ‘¡Pere, vete ya!’.
Hernández calificó la respuesta de los compañeros como «más que positiva. El mundo fallero, casi el 95%, nos ha apoyado. Dentro apenas se ha quedado una veintena de personas. El representante de la fiesta manifestó que espera «que esto sirva para que mañana (en referencia a hoy) se produzca una llamada desde la alcaldía para pedirnos una reunión. Queremos empezar a dialogar. Hemos exigido que el concejal vuelva, pero si no es así que nombren a otros», sentenció rotundo.
Mientras, en el interior, miembros de fallas como Julio Torras justificó el haberse quedado «por no hacer un feo a la mesa de la Junta Central Fallera, pero no me está gustando nada la actitud que ha tomado Fuset». Otro de los presidentes que permaneció en su silla, Marcos Chico, de la falla Telefónica, aseguró: «No salgo por no tener la misma forma de actuar que el concejal, pero que quede claro que para mí es él quien ha provocado la situación porque para eso es el edil y cobra por ello». El vicepresidente primero, Javier Tejero, que presidía la mesa, y el secretario general, Ramón Estellés, no valoraron la protesta pero dijeron que se había hecho con corrección y respeto, confiaron en que los presidentes vengan a las próximas asambleas «porque hay muchas decisiones pendientes sobre la fecha». En menos de 35 minutos, la asamblea se dio por cerrada.
Faltan sólo cinco meses para que la ‘plantà’ abra paso a la semana grande de Fallas pero las aguas bajan revueltas. La vía de diálogo entre el concejal de Cultura Festiva y presidente de la Junta Central Fallera (JCF), Pere Fuset, y los presidentes de falla y delegados de sector está en vía muerta y ayer los directivos de falla abandonaron la asamblea de presidentes en señal de protesta ante las reiteradas ausencias de Pere Fuset.
Anoche se celebró en el Palau de la Música la asamblea de presidentes del mes de septiembre y los falleros de nuevo tuvieron que poner ‘falta’ al concejal. En las dos ocasiones anteriores donde Fuset no acudió -en la reunión de junio y en la extraordinaria de presentación de los jurados de falleras mayores- los presidentes optaron por esperar a que se enfriaran los ánimos, pero anoche la respuesta fue diferente. Acudieron a la cita y, tras comprobar que el concejal no asistió, optaron por comenzar la reunión, aprobar el acta anterior, y el presidente de la Interagrupación de fallas, Jesús Hernández, tomó la palabra para leer un manifiesto de protesta.
El colectivo que representa a la mayoría de Fallas de Valencia pidió a los presidentes que dejaran patente su malestar de forma clara abandonando la sala del Palau, ya que consideraron que es una falta de respeto al mundo fallero y, por otro lado, afirmaron que es inoperativo que no haya ningún representante del Ayuntamiento en las reuniones porque ralentiza las gestiones.
Jesús Hernández exigió, en nombre de las fallas, que el alcalde Joan Ribó, «como presidente nato de la Junta Central Fallera inste al actual presidente ejecutivo, Pere Fuset, a retomar sus obligaciones con la asamblea general» y añadió que, en caso de que así, «que delegue la presidencia ejecutiva de la Junta a otro concejal de la Corporación, como recoge el artículo 42 del reglamento».
Del mismo modo, el presidente de la Interagrupación argumentó que «seguimos quedando a disposición del presidente nato -en referencia a Ribó- para intentar llegar a acuerdos por el bien del colectivo fallero y de la ciudad». Y es que desde julio la Interagrupación viene pidiendo una audiencia con el alcalde para hablar de la falta de entendimiento con Fuset y para pedir la retirada de la encuesta y este encuentro no se ha producido ni Ribó a acudido a una asamblea.
Dicho esto, el presidente de la Interagrupación concluyó que «como muestra de nuestro desacuerdo, debemos abandonar esta asamblea».
Hernández recordó que el artículo 55 del reglamento fallero deja claro que la asamblea general «estará presedida por el presidente de la Junta Central Fallera» y opinó que «con el máximo respeto y afecto hacia las pesonas que componen la mesa en estos momentos, creemos que ya es suficiente», en referencia al plante.
A pesar de estas peticiones, el concejal siguió anoche a rajatabla la decisión que anunció el 27 de junio de no acudir a ningún pleno o asamblea hasta que los falleros decidan si quieren un proceso congresual para analizar la relación entre las Fallas y el Ayuntamiento. La medida de presión de anoche se produjo tres días después de la gala de la Fonteta, donde ya algunos falleros querían mostrar su enfado al concejal con alguna pitada, que no se produjo por respeto a las candidatas.
Esta tensa situación es el resultado de dos años de asambleas con polémicas de alto voltaje, incluída la reprobación por primera vez en la historia de los presidentes al concejal y a la directiva, en noviembre de 2016, por tomar decisiones de espaldas a la asamblea. Además, el pasado junio los presidentes quisieron darle un tirón de orejas al edil por realizar una encuesta a los falleros pidiendo datos personales y con preguntas sobre intención de voto e ideología religiosa, pero no fue posible porque horas antes de celebrarse, el concejal dio una rueda de prensa anunciando que no acudiría. El edil señaló a la Interagrupación como culpable de la tensa situación y lanzó la pregunta de si alguien les daba consignas, mientras que el colectivo aludido dejó claro que era el edil el que politizaba las Fallas con el rechazo a incluir los versos del premio Bernat i Baldodí o la encuesta.