Los partidos constitucionalistas no se ponen ya de acuerdo ni siquiera sobre las condiciones para una comparecencia del presidente de la Generalitat, Quim Torra, en el Congreso. Los contactos discretos saltaron por los aires con la moción de censura y la llegada al Gobierno de Pedro Sánchez. Ahora, Partido Popular y Ciudadanos están en su competición por tomar posiciones en Cataluña, y Pedro Sánchez se mueve en la estrategia de hacer equilibrios entre la obligada defensa de la legalidad y los guiños a su operación diálogo y a sus socios de censura.
El Reglamento del Congreso de los Diputados no prevé ninguna circunstancia en la que el presidente de la Generalitat pueda intervenir ante el Pleno para hacer una mera exposición de sus posicionamientos políticos sin que sea sobre una iniciativa concreta y sin que haya votación. Sí puede hacerlo sin votación en comisión. La posibilidad de que el presidente de la Generalitat acudiera al Congreso ya se planteó meses atrás cuando ese cargo lo ocupaba Carles Puigdemont, al que el Gobierno de Rajoy sí le exigió que su propuesta fuera votada en la sede de la soberanía nacional. Ahora el debate se ha vuelto a suscitar a raíz de la invitación de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, a Torra. Pero no hay posición común.
El presidente del PP, Pablo Casado, rechazó una comparecencia del presidente de la Generalitat «por la puerta de atrás» y exigió que si se produce sea en sesión plenaria y con votación, como ya sucedió con el Plan Ibarretxe. Casado puntualizó que el ofrecimiento realizado por la presidenta de la Cámara Baja es «exactamente el mismo» que se le hizo a los ex presidentes de la Generalitat Carles Puigdemont y Artur Mas y al ex lendakari Juan José Ibarretxe. Por eso, no ve «ninguna noticia» en este invitación realizada por Pastor. «Cualquier presidente autonómico puede venir a las Cortes a presentar una proposición de ley de su respectivo Parlamento para que pueda ser votada por los representantes de todos españoles en sesión plenaria», incidió.
En la misma línea se manifestó inicialmente el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas. Pero a última hora de la noche, Albert Rivera elevaba la apuesta para marcar distancias con PP y PSOE. Exigió a Qim Torra que antes abra el Parlamento catalán, que pida disculpas a los españoles y acate, asimismo, la Constitución. PP y Ciudadanos tienen mayoría en la Mesa de la Cámara Baja.
El Gobierno dijo haber sido informado de la propuesta de Ana Pastor. Pero no quisieron mojarse sobre si debe aceptar o no la votación del presidente catalán. La manera de despejar el balón fue reclamar que primero hable en la Cámara autonómica.
Fuente: La Razón