La Comunitat Valenciana y Baleares vuelven a antiguas alianzas. Como ya hicieron sus predecesores, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la de Baleares, Francisca Armengol, anunciaron ayer el inicio de una etapa en la que harán «frente común» para reclamar un nuevo modelo de financiación que atienda a los principios de igualdad y equidad entre ciudadanos, además de defender una mejora de las inversiones estatales e infraestructuras estratégicas como el Corredor Mediterráneo.
A esta alianza están llamadas a participar todas las regiones que estén de acuerdo con estos principios. «No se trata de la Comunitat y Baleares contra todo el mundo», aseguró Puig, sino que les gustaría sumar el máximo de regiones posibles. Citó- excluyendo a Cataluña- a aquellas que conforman el Arco Mediterráneo, Murcia y Andalucía y añadió a Aragón, con quien también comparten reivindicaciones comunes, aunque no sean en materia de financiación.
Los intentos del pasado de reeditar este tipo de pactos- por ejemplo, el Eje de la Prosperidad incluía en sus orígenes Madrid, la Comunitat Valenciana y Baleares- fueron variando en función de los cambios de Gobierno.
Armengol incidió en que las Consellerias de Hacienda de ambas Comunidades llevan tiempo trabajando para hacer frente común ante el Gobierno de España en cuestiones que crean desigualdades entre los ciudadanos. «La prestación de servicios básicos como la sanidad, la educación o los servicios sociales debe ser equitativa estés en el territorio en el que estés», algo que no ocurre con el actual sistema de financiación.
Sin embargo, este nuevo frente mediterráneo no se quedará en la financiación. Ambos presidentes acordaron colaborar en sectores estratégicos, como el cultural o el turístico. Estas actuaciones se irán concretando en próximas reuniones, aunque en el sector turístico la idea de partida es aunar los esfuerzos de promoción.
Puig y Armengol también tienen una visión similar sobre la situación catalana. Consideran imprescindible abrir una vía de diálogo con Cataluña, si bien Puig se mostró más contundente que nunca en el cumplimiento de la legalidad. «Es obligatorio, sin ley no hay democracia».
El presidente insistió en que todo lo que ocurra en la comunidad vecina afecta mucho a los valencianos, pero mantuvo firme su postura. «Nosotros somos los de la conexión con España», aunque de momento esta actitud no les haya sido muy favorable para conseguir una mejor financiación autonómica.
Source: Comunitat Valenciana