El presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, ha convocado de manera extraordinaria a su Gobierno. La cita será esta tarde a las 17 horas. El objetivo es que el Ejecutivo regional apruebe la convocatoria de las elecciones autonómicas para el próximo 28 de abril coincidiendo con las generales. Esta reunión del Gobierno tendrá lugar después del encuentro que han mantenido esta mañana Puig y la vicepresidenta, Mónica Oltra.
Tras esta reunión entre Puig y Oltra no ha habido un anuncio oficial del adelanto electoral. Éste se concretará a lo largo de este lunes. A la salida del encuentro, Oltra ha asegurado que el presidente ha escuhado su opinión “como es normal entre dos personas que se profesan un afecto y una lealtad importantes”.
La vicepresidenta se ha limitado a aclarar a la salida del Palau que el presidente le ha asegurado que, sea cual sea su decisión, ella será la primera en conocerla. Sobre su opinión al respecto de si debería haber o no un adelanto electoral al 28 de abril, de manera que las elecciones autonómicas coincidirían con las generales, Oltra ha señalado que dirá su opinión cuando el presidente anuncie su decisión, algo que deberá ocurrir a lo largo de la jornada de hoy.
Todos los comentarios políticos y mediáticos de la Comunitat Valenciana coinciden hoy en que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunciará esta tarde la disolución de Les Corts y la convocatoria de elecciones autonómicas para el 28 de abril.
Con ello habrá escuchado a los asesores partidarios de esta medida y habrá puesto tierra de por medio enfrentándose más aún con su socio de Gobierno Compromís, cuya líder en el Consell, la vicepresidenta Mónica Oltra, se ha hartado de manifestar su oposición a ese adelanto.
Cuando el presidente valenciano haga pública su decisión esta tarde, como todos esperan, se habrá inclinado hacia quienes piensan que Sánchez va a tener un buen resultado, como anuncian las encuestas y como le atribuyen los corrillos «es una persona con mucha suerte», de lo que se provecharían Ximo Puig y su partido, el PSPV.
Además, juega a favor de Puig que la separación de los comicios autonómicos de los municipales perjudica a Compromís (de ahí que Mónica Oltra no quiera hablar de adelanto) ya que esta coalición basa su fuerza esencialmente en los ayuntamientos.
Igualmente, el PPCV queda dañado porque, al jugarse en clave nacional, es muy probable la subida de Vox en perjuicio de los populares. La división del voto en la derecha beneficiará, al menos en teoría, a los socialistas. Puig habrá vencido así su natural inclinación a no distorsionar las relaciones con su socio y su miedo a que las expectativas halagüeñas de Pedro Sánchez no se cumplan y le arrastren en esa caída.
Fuente: La Razón