Relevo histórico en Na Jordana

Relevo histórico en Na Jordana: Pere Borrego cede el testigo tras 25 años al frente de la comisión

La comisión fallera de Na Jordana, una de las más emblemáticas de la ciudad de València y referente indiscutible de la Sección Especial, ha vivido un momento sin precedentes en su dilatada trayectoria. Tras veinticinco años de incansable labor al frente de la presidencia, Pere Borrego Pitarch ha decidido dar un paso al lado y dejar la dirección de la comisión en manos de una junta gestora, marcando así el fin de una era y el inicio de una nueva etapa.

Un adiós cargado de emoción y gratitud

Con palabras profundamente sentidas, Pere Borrego puso voz a su despedida:
“Me voy con la tranquilidad de haberlo dado todo. Con errores, por supuesto, pero siempre con la intención de sumar.” Así comenzaba su emotivo discurso, cargado de gratitud y de amor por una comisión que ha sido, durante más de dos décadas, su casa y su pasión.

“Gracias por la confianza, por el respeto y por haberme permitido vivir esta responsabilidad con tanta pasión.” Estas declaraciones, llenas de humildad y cariño, dan cuenta de un liderazgo basado en la entrega absoluta, y marcan el final de una etapa que ha dejado huella en la historia de la fiesta fallera.

Un cuarto de siglo de liderazgo, legado familiar y compromiso

La trayectoria de Pere Borrego Pitarch al frente de Na Jordana no es solo una historia de gestión y dirección, sino también un capítulo de legado familiar. Recibió el testigo de su padre, Pere Borrego Galindo, continuando así una tradición profundamente arraigada que ha marcado la identidad de la comisión durante generaciones.

Desde su llegada a la presidencia, Borrego Pitarch transformó el cargo en una auténtica vocación. Tras su prejubilación del sector bancario, dedicó prácticamente todo su tiempo a la vida del casal, convirtiéndose en una figura omnipresente en todas las facetas de la actividad fallera: desde la coordinación de eventos hasta la dirección artística y cultural de la comisión. Vivió para Na Jordana, y Na Jordana vivió con él.

Una gestión compleja y un cambio inevitable

Con sus 75 años, y tras afrontar algunos problemas de salud en los últimos tiempos, Borrego ha optado por ceder el testigo. La dirección pasa ahora a una junta gestora, en la que destaca la figura de su sobrina, la también concejala Nuria Llopis, como uno de los pilares de esta nueva etapa. Esta decisión responde no solo a una necesidad biológica del relevo generacional, sino también a una evolución lógica dentro de una comisión tan exigente y compleja como la de Na Jordana.

Na Jordana activa su tercera generación

La historia no se detiene, y la fiesta tampoco. El relevo supone el inicio de una tercera generación de gestores y falleros implicados, que ya se preparan para asumir la responsabilidad de continuar el legado. La segunda generación, aquella que tomó el testigo de los fundadores, se encuentra en una etapa vital avanzada: Julián Pastor, histórico lugarteniente de Borrego, cuenta ya con 81 años, lo que refuerza la necesidad de contar con nuevas energías para afrontar los desafíos de una falla que no se permite descanso.

La gestión de una comisión de Sección Especial implica múltiples niveles de complejidad: artísticos, logísticos, institucionales y humanos. En este sentido, el traspaso de poderes no puede ser simplemente simbólico; requiere de una transición real, con formación, planificación y visión de futuro. Y eso es precisamente lo que busca esta nueva junta gestora: consolidar el pasado, pero con la mirada puesta en el porvenir.

Un símbolo cultural de las Fallas de València

Na Jordana no es simplemente una comisión fallera más. Es, en muchos aspectos, la gran reserva cultural de las Fallas. Durante los años de presidencia de Pere Borrego, la comisión ha consolidado un perfil profundamente artístico y cultural, convirtiéndose en un referente indiscutible en aspectos como el diseño fallero, el llibret, las actividades literarias como el Tirant de Lletra, y otras propuestas como el belén temático o, en su defecto, propuestas artísticas de igual calado.

La autoexigencia es una de las claves que han definido a la comisión. “No podemos permitirnos estar de brazos cruzados”, es una máxima que han seguido al pie de la letra. Na Jordana ha estado presente no solo en las fallas de marzo, sino durante todo el año, promoviendo iniciativas culturales, teatrales y artísticas de alto nivel.

Éxito reciente como broche de oro

El ejercicio de 2025 ha sido, además, particularmente simbólico para la comisión. La falla grande, bajo la dirección artística de Mario Gual, ha regresado al podio de la Sección Especial con el tercer premio gracias a su obra “Tarot”, un proyecto arriesgado, estéticamente innovador y cargado de mensaje.

Este reconocimiento ha sido celebrado con especial entusiasmo por los más jóvenes de la comisión, muchos de los cuales no habían vivido en primera persona un triunfo de tal envergadura. Borrego lo expresó con emoción: “Una generación entera merecía sentir esta alegría.” Era, sin duda, el colofón perfecto a su larga carrera al frente de la presidencia.

Un liderazgo compartido para una nueva etapa

El nuevo modelo de gestión de la comisión será colectivo, a través de una junta gestora en la que confluyen perfiles diversos y complementarios. Entre ellos, como ya se ha mencionado, destaca Nuria Llopis, sobrina del expresidente y actual concejala del Ayuntamiento de València, lo que añade una dimensión institucional y política relevante a la nueva dirección de Na Jordana.

El liderazgo compartido se presenta como una forma de mantener viva la filosofía de la comisión, fomentando la participación activa de los diferentes miembros y asegurando que las decisiones se tomen de forma consensuada. Se trata de una estructura más moderna, más abierta y más acorde con los tiempos actuales.

Un futuro en buenas manos

“Siempre estaré a vuestro lado”, aseguraba Borrego en su discurso, dejando claro que, aunque abandone la primera línea, no se desvincula emocionalmente de la comisión. Seguirá siendo un jordanero más, dispuesto a colaborar siempre que su salud se lo permita. Na Jordana sabe que cuenta con una figura histórica como referente, y al mismo tiempo con una nueva generación dispuesta a llevar la antorcha hacia adelante.

Lo cierto es que el legado de Pere Borrego Pitarch no solo se mide por los premios o los actos celebrados, sino por haber consolidado un modelo de gestión cultural de una falla que ha sabido trascender los límites de la tradición para convertirse en un motor de innovación dentro de la fiesta.

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