El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha centrado sus preguntas a Sánchez en la cuestión catalana. El líder del partido naranja ha querido saber si, tras las próximas elecciones, Sánchez se planteará “negociar con Torra” la creación de una mesa de partidos con un mediador y con los 21 puntos del Govern sobre la mesa. También le ha preguntado si un nuevo Gobierno socialista barajaría indultar a los líderes del “procés” en el caso de que éstos sean condenados por el Supremo. Según Rivera, Sánchez «no puede contestar» a ninguna de estas cuestiones porque “necesita” a los grupos separatistas si quiere volver a ser presidente. “Yo me comprometo a no sentarme en ninguna mesa fuera de la Constitución y a no negociar esos 21 puntos”, ha señalado. La amenaza a que Sánchez trate de pactar con formaciones como ERC y el PDeCAT es, tal y como ha señalado, el motivo que ha llevado esta semana a Cs a renunciar públicamente a cualquier tipo de acuerdo con el PSOE en la próxima legislatura: “Nunca podremos apoyar a un presidente como usted. Olvídese de cualquier pacto. Nos vemos el 28 de abril en las urnas y espero que haya un Gobierno constitucionalista”.
También en tono muy duro, Sánchez ha afeado a Rivera que trate de “poner un cordón sanitario a un partido con 140 años de historia” como el PSOE que, tal y como ha recordado, ha sido el protagonista de leyes como la de violencia de género o el matrimonio entre personas del mismo género y que ha liderado el final del terrorismo en el País Vasco: “¿Qué concepto tiene de la democracia? Está excluyendo a los millones de españoles que confían en el PSOE”. El presidente del Gobierno ha acusado al líder de Ciudadanos de “liderar el cambio chaqueta permanente” como demostró con motivo de la “foto de la involución” que protagonizó hace dos semanas en la manifestación en la que, junto al PP y a Vox, exigió el adelante electoral: “Después de la foto de Colón, le diré que debe tener un armario lleno de chaquetas. Dejó la del supuesto liberal y se ha puesto una que huele a naftalina: la de la ultraderecha”.
Fuente: La Razón
