Se mandó construir en 1542 con el nombre de «María del Te Deum». Se le trocó este nombre por el de la Purísima Concepción para las suntuosas fiestas que celebró la ciudad en 1665 en honor de la Santísima Virgen, en virtud del rescripto del papa Alejandro VII, por el que se concedía culto de octava a la pureza Inmaculada de María.
Representaba así esta carroza hallarse Valencia en posesión de reconocer el misterio de la Pura Concepción de María, de la que siempre fue entusiasta defensora. Hay constancia que en esta roca se representaba la «Dansa dels Llauradors» interpretada por niños como representación de la pureza y la inocencia. Es consolador apreciar, en estas muestras de devoción popular, el deseo de los valencianos de proclamar y defender la virginal pureza de María cerca de dos siglos antes de la proclamación dogmática hecha por el papa Pío IX en 1854.
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Esta roca fue restaurada al igual que la del Sacramento y la de San Vicente Ferrer en 1667 por José Caudí con motivo de las fiestas celebradas aquel año por la traslación de la imagen de la Virgen de los Desamparados a su actual capilla, hoy Basílica de la Virgen de los Desamparados.
Dos siglos más tarde en 1867 y para conmemorar el II centenario del mismo hecho, volvió a ser restaurada. En 1815 se habían hecho nuevas la imagen de la Inmaculada y la figura de Judith.
Otra restauración hubo de hacérsele luego de la impetuosa riada de 1897, de la que quedó muy mal parada. Se redujo de altura, como todas las otras, en 1912 por la colocación de los cables de los tranvías eléctricos, por cuya razón no salieron las rocas para las fiestas del Corpus de los años 1910 y 1911. Y últimamente en 1959, fue precisa también una restauración a fondo por la riada de 1957.
Las fechas mas significativas de la historia de la roca queda perpetuadas en su mismo basamento donde pueden leerse las siguientes inscripciones:
Se construyó en 1542 titulándose María del Te Deum. En 1665 se dedicó a la Purísima Concepción. Renovada en 1867 con motivo del segundo centenario de Nuestra Señora de los Desamparados. Restaurada después de la riada de 1897. Se redujo de altura en 1912. Después de la riada de 1957 se restauró en 1959.
En el pedestal, debajo de la imagen de la Purísima, brota de la entraña misma de la roca esta alabanza: «Tota Pulchra est María». En el basamento, parte derecha, de delante a atrás lleva los siguientes símbolos: el sol, una fuente y la puerta del cielo. Y en la parte izquierda, también de delante a atrás: la luna, un pozo y el arca de Noé. La imagen de la Purísima se alza sobre la carroza con las manos cruzadas sobre el pecho, a sus pies un Niño Jesús ya crecidito lleva una vara de azucenas y dos cirios.
En la parte de atrás de la roca aparece la efigie de Judith con la cabeza de Holofernes sobre una columna y una espada en la mano derecha. En la de delante, una escultura que representa a la emperatriz Santa Elena (madre de Constantino) con la Cruz y un corazón flamígero en la diestra.
Era tradición que antiguamente (finales del siglo XIX), los estudiantes de la Universidad de Valencia, acudían a la Catedral y desenganchando las caballerías que arrastraban la roca, ellos mismos tiraban de la Roca entre las aclamaciones del público. Costumbre en la actualidad hoy desaparecida.