El ex presidente del Fútbol Club Barcelona Sandro Rosell, en prisión desde mayo del pasado año, se sentará en el banquillo de la Audiencia Nacional a partir del próximo 25 de febrero junto a su esposa y otras cuatro personas por el supuesto blanqueo de 20 millones de euros de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) por la gestión de los derechos de 24 partidos amistosos de la “canarinha” y un contrato de patrocinio con Nike. Rosell, que se habría apropiado al menos de 6,5 millones, se enfrenta a una petición de la Fiscalía de once años de prisión por blanqueo y pertenencia a organización criminal. La sección primera de la Sala de lo Penal del citado tribunal ha fijado once sesiones de la vista oral, que previsiblemente concluirá el próximo 27 de marzo.
Además de su esposa, Marta Pineda -para quien la Fiscalía pide una pena siete años de cárcel-, irán a juicio el abogado Joan Besolí, los supuestos testaferros Pedro Andrés Ramos y José Colomer y el empresario Shahe Ohannessian, para quienes el Ministerio Público reclama condenas de seis a diez años de prisión.
Todos ellos habrían formado parte según la juez Carmen Lamela, instructora del procedimiento, de una estructura estable -en la que existía un reparto de roles supuestamente e establecido por el ex mandatario culé- que habría procedido a ocultar las cantidades desviadas por el ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol Ricardo Teixeira. En 2006, Teixeira firmó un contrato con una sociedad árabe domiciliada en las islas Caimán para vender los derechos de 24 partidos amistosos de la selección de Brasil y “se impuso a la compradora el pago de unos fondos de los que en beneficio propio se apoderaron» Rosell y el entonces presidente de la CBF en perjuicio de la propia confederación, aseguró Lamela en el auto con el que puso punto y final a la investigación.
Teixeira percibió 8,3 millones y el ex mandatario culé, otros 6,5, «en ambos casos sin conocimiento de la CFB y en su perjuicio”. Para dar apariencia de legalidad al cobro de esas comisiones se habrían servido de un entramado empresarial y de una sucesión de transferencias bancarias que permitieron trasladar el dinero a cuentas de Andorra donde figuraban como firmas autorizadas Rosell y Besolí para, a continuación, trasladar la parte correspondiente al propio Texeira y personas de su entorno que figuraban como testaferros, entre ellos su cuñado Pedro Antonio Ramos, también procesado.
Gracias a esta operativa supuestamente delictiva, el ex presidente del Barcelona obtuvo 14,9 millones de euros, que terminó en cuentas españolas y andorranas del matrimonio Rosell, bien directamente o a través de la empresa Uptrend, radicada en New Jersey “y en perjuicio de los beneficios dejados de percibir por la Federación Brasileña, los cuales, además, se habrían blanqueado a través de este entramado empresarial y económico”, concluyó Lamela.
Sin embargo, la Confederación Brasileña de Fútbol no se ha personado en el procedimiento como acusación particular, al no considerarse perjudicada en la gestión de esos derechos audiovisuales por parte de Rosell.
Respecto al contrato de esponsorización de la CBF con Nike, en la operación, realizada entre 2008 y 2011, intervino una sociedad de Rosell y el reparto de comisiones sumó cinco millones de euros, que fueron a parar a una cuenta andorrana vinculada al empresario.
Según Rosell, esos cinco millones eran la devolución a Teixeira de un préstamo recibido en 2008, pero para Lamela esa explicación «no se ajusta a la realidad» sino que, como en la operación de venta de los derechos de retransmisión de los partidos de la selección brasileña, «recibió dinero de Nike en relación al patrocinio de la selección de fútbol de Brasil, por intermediar entre las dos partes» y ese montante terminó en manos del propio Teixeira. Además del ex presidente de la CBF, el entonces secretario general de la FIFA Jerome Valcke, que estaba siendo investigado por corrupción, percibió tres transferencias por un total de 724.000 euros.
Fuente: La Razón