El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha afirmado este jueves que elaborará los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2019 con el techo de gasto que hizo el PP si se ve «obligado» a ello, y se ha mostrado convencido de que sus «potenciales aliados» han entendido que ha hecho lo posible por cumplir sus compromisos.
En una intervención en el Foro Reuters durante su estancia en Nueva York, ha confirmado que su calendario es presentar a mediados de octubre a la Comisión Europea un plan presupuestario y presentar el proyecto de Presupuestos antes de finales de noviembre.
Así, se ha mostrado convencido de que el problema del techo de gasto no hará caer al Gobierno aunque, en otro momento de la conversación y preguntado por el hecho de que entre sus socios haya partidos independentistas, ha reconocido que «si se prioriza el conflicto en lugar de la cooperación, la legislatura en España ha terminado y habrá elecciones». «Pero si se prioriza la cooperación para hacer políticas sociales creo que podemos aguantar hasta 2020 que es mi objetivo y hacer transformaciones en la sociedad», ha añadido.
En cuanto a su viaje a Cuba, Sánchez ha avanzado este jueves que su intención es visitar el país antes de final de año y ha reconocido que es «pesimista» sobre la posibilidad de una solución política en Venezuela porque «el régimen de (Nicolás) Maduro no abre ninguna ventana de diálogo» y la oposición está dividida.
A preguntas del presidente y editor jefe de Reuters, Stephen J. Adler, en un foro de esta agencia en Nueva York, Sánchez ha argumentado que su viaje a Cuba, el primero de un presidente del Gobierno español, supondrá «dar normalidad» en la política a las «relaciones tradicionales» que España y Cuba tienen en el ámbito económico, social y cultural.
Así, ha reconocido que está emocionado ante la perspectiva de la visita y ha afirmado que su intención es reforzar la colaboración con Cuba a medio plazo. También ha recordado el papel de las empresas españolas que llevan años trabajando en la isla donde, además, hay muchas oportunidades de inversión.
En cuanto a Venezuela, ha dicho que es «pesimista» sobre la solución política, porque «el régimen de Maduro no abre ninguna ventana de diálogo con la oposición» y, al mismo tiempo, ésta «debe hacer una reflexión sobre tener una posición común y estar unida». No obstante, ha dicho que España está dispuesta a actuar como «facilitadora» de una solución política. «Siendo muy educado, creo que es muy difícil», ha dicho.
El Gobierno español también está dispuesto a brindar ayuda para encontrar una solución regional a la «crisis de los refugiados» que huyen de Venezuela, lo que, a su modo de ver, es lo más urgente.
Sánchez ha recordado que como líder de la oposición celebró varias reuniones con opositores y que nada más llegar al Gobierno apoyó una nueva oleada de sanciones subjetivas. «Nuestra posición está clara, siempre hemos defendido la libertad, los derechos humanos y la democracia», ha remachado.
Preguntado por la posición del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en Venezuela, ha dicho que respeta su trabajo, porque ve bien cualquier esfuerzo para una solución política y acordada, pero ha insistido en que la posición de Zapatero es suya personal, no del Gobierno.
La posición del nuevo Gobierno socialista sobre Cuba y Venezuela ha sido también el tema central de un encuentro a puerta cerrada que ha mantenido este jueves por la mañanacon el centro de pensamiento Consejo de las Américas. El viaje a Cuba, según fuentes de le delegación española, ha sido muy bien acogido.
Sobre Venezuela, en esa reunión Sánchez ha transmitid que, en su opinión, la denuncia contra el Gobierno de Nicolás Maduro ante el Tribunal Penal Internacional que han presentado un grupo de países (Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Paraguay y Perú) no es lo más eficaz para solucionar la crisis, por diversos motivos. Esa posición se la transmitió también Sánchez al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, cuando se reunieron el pasado domingo en Canadá, que se ha sumado a la denuncia.
Uno de los motivos, según han explicado fuentes del Ejecutivo en ocasiones anteriores, es que si la Corte decidiera proceder contra Maduro lo que conseguiría sería atrincherarle y que se negase a abandonar el país, dificultando así una solución pactada.
Fuente: La Razón