El Gobierno afronta hoy su último Pleno antes de la disolución de las Cortes con la comparecencia de Pedro Sánchez y la sesión de control. El jefe del Ejecutivo ha subido a la tribuna del Congreso para hablar de Venezuela, el Brexit y las polémicas fiscales de sus ministros. Una suerte de balance de sus intensos ocho meses de mandato antes de que se abra la nueva etapa hacia las elecciones del 28 de abril. Sánchez ha defendido la “intensidad” de una legislatura de “primeras veces” con el triunfo de una moción de censura y una presidencia de la Cámara contraria al signo del Gobierno, una eventualidad que ha aprovechado para criticar el bloqueo de la Mesa del Congreso a algunas de sus iniciativas parlamentarias. En todo caso, Sánchez ha pedido que quienes configuren la Cámara a partir de las elecciones “estén a la altura” con una idea de España “abierta y dialogante” en la que “cabemos todos”. Una clara alusión a los postulados excluyentes del soberanismo y la extrema derecha. “La España de esta Cámara tiene que parecerse a la España real”, ha dicho.
El presidente ha aprovechado precisamente su intervención sobre el Brexit, que tradicionalmente ha utilizado para visibilizar las deficiencias del independentismo, para cargar contra Vox, asegurando que “con la extrema derecha no se puede ir ni a la vuelta de la esquina”. “La extrema derecha inocula su virus en otras formaciones, como un caballo de Troya en el corazón de la democracia”, ha señalado. Sánchez también ha anunciado que el próximo viernes el Consejo de Ministros aprobará un Decreto Ley “ómnibus” con planes de contingencia contra un eventual “Brexit desordenado”. Un compendio de medidas normativas para preservar los intereses de los ciudadanos y su libre circulación y preservar los intereses económicos de España. “Sea cual sea el escenario final, los españoles deben saber que estamos preparados para afrontar las consecuencias”, ha señalado, al tiempo que se felicitaba de haber logrado un “blindaje constitucional óptimo” para España en el asunto de Gibraltar.
El presidente del Gobierno ha tenido también que salir al paso de los escándalos fiscales de sus ministros, asegurando que “todos tienen mi plena confianza porque cumplen los requisitos de ejemplaridad que nos impusimos como listón innegociable”. En este sentido, Sánchez ha defendido que si bien algunos de ellos tienen “figuras legales” que les puedan reportar beneficios fiscales, estas figuras son para “gestionar su patrimonio y no para enriquecerse”. “La corrupción o la no ejemplaridad carcomen el edificio democrático en su totalidad y minan la confianza, que es lo más valioso en las sociedades libres”, ha señalado.
En cuanto a Venezuela, el jefe del Ejecutivo ha sentenciado que “el régimen de Maduro ha fracasado estrepitosamente” y ha reiterado su receta para resolver la situación en el país: “No buscamos poner o quitar gobiernos. Seguiremos trabajando para promover elecciones libres y legítimas“. Sánchez ha defendido también su frontal oposición a cualquier intervención militar.
Fuente: La Razón