El delicado proceso de exhumar a Franco no tiene visos de momento de progresar en lo que resta de mes, debido a lo arduo de las negociaciones desde el punto de vista legal y competencial. De momento las conversaciones con la Iglesia todavía no han avanzado y la familia del dictador sigue manteniendo su oposición frontal al traslado de los restos, y de hecho, no descartan actuaciones legales si finalmente se lleva a cabo.
Desde la Institución religiosa, como ya adelantó LA RAZÓN, no se pondrá trabas a la exhumación. La autoridad compentente, el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, mantiene que no tiene «ningún interés» en oponerse a ello y está dispuesto a colaborar y a poner a disposición todos los medios para alcanzar una solución de consenso. Sin embargo, a día de hoy, según ha podido saber este periódico, «no ha habido reuniones con el arzobispo con nadie», y están a la espera de los acontecimientos. Aseguran estas fuentes que quien tiene que decidir son «los políticos» y la familia, porque «siempre hay que contar con ella para el traslado de un fallecido» y recuerdan que el cuerpo del dictador está en el Valle de los Caídos «por una orden del rey». Hasta que las conversaciones prosperen, desde la Iglesia aseguran que mantienen su oración «por la reconciliación», al ser la tarea que tiene encomendada la comunidad.
El Gobierno de Sánchez sigue recibiendo la misma posición que al principio por parte de la familia. El no a la exhumación y, de llevarse a cabo, no se harían cargo de los restos, según anunciaron en un comunicado. Poco después de que el Ejecutivo diera a conocer sus planes, los nietos del dictador enviaron una carta al prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, para pedir que trasladara a la Santa Sede sus deseos de que los restos no salgan del recinto situado en Cuelgamuros.
Fuente: La Razón