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Tal día como hoy del año 1876, el Ayuntamiento de Valencia celebró una función en el Teatro Principal cuya recaudación se destinó al socorro de los heridos y mutilados del ejército. El precio de la butaca fue de 12 reales y la entrada general 4 reales. En el espectáculo de variedades, la pieza principal que se representó fue “Asirse de un cabello” cuyo autor era Francisco de Camprodón. La guerra provocó entre 7.000 y 50.000 bajas.
La tercera guerra carlista fue una guerra civil desarrollada en España entre 1872 y 1876, entre los partidarios de Carlos, duque de Madrid, pretendiente carlista con el nombre de Carlos VII, y los gobiernos de Amadeo I, de la I República y de Alfonso XII.
Esta guerra civil se desarrolló sobre todo en las Provincias Vascongadas, Navarra y Cataluña. Además de la defensa del orden y el catolicismo, la restauración por parte del pretendiente en julio de 1872 de los fueros abolidos por los decretos de Nueva Planta por Felipe V, influyó en la fuerza del levantamiento en Cataluña y en menor medida en Valencia y Aragón. A pesar del aumento tanto cualitativo como cuantitativo del ejército carlista, estos volvieron a ver sus esfuerzos frustrados.
La repentina muerte de Carlos en 1861 abrió un período de desconcierto entre los carlistas, ya que su sucesor, su hermano Juan, era un liberal declarado. Quien encabezó el partido carlista esos años fue la princesa de Beira, viuda de Carlos V, primer pretendiente carlista. Finalmente Juan abdicó en 1868, sin haber tenido nunca el poder entre los realistas. El nuevo pretendiente, Carlos VII para los suyos, hijo de Juan y hombre fiel a las ideas tradicionalistas, vio una nueva oportunidad para el carlismo: la Revolución de 1868, que había obligado a Isabel II a salir de España. El gobierno revolucioanrio instauró en España un régimen democrático y posteriormente se eligió como rey al liberal Amadeo de Saboya. Muchos moderados contrarios a este gobierno, creyeron en don Carlos como una opción a la separación de la Iglesia y el Estado, la libertad de conciencia y de culto y la educación laica y racionalista, que impusieron los revolucionarios y preocupaba a los sectores católicos. Buena parte de estos conservadores se pasaron al bando carlista, que se convirtió en 1871 en la tercera fuerza más votada en el parlamento. Sin embargo, el triunfo liberal demostró que la vía democrática no era suficiente, y solo un nuevo alzamiento armado haría recalar a don Carlos en el trono con un régimen tradicionalista, católico y antiliberal.
He aquí el bando de los carlistas, animando al alzamiento:
Catalanes, aragoneses, valencianos: El 3 de Mayo, en Vera, dirigí un llamamiento a todos los españoles, lleno de fe en la grandeza de la causa que Dios ha colocado entre mis manos. Lo que no era entonces mas que una esperanza, será pronto una realidad. Los fundamentos de la restauración del trono de Recaredo, están asentados sobre los laureles de Oñate, Mañaria, Urbasa, Ciberio, Mas de Roig, Argucias, Tivisa y Reus. El camino de la victoria está regado con sangre de mártires: Uribarri, Ayastuy, García y Francesca, han hecho sus nombres inmortales. Hoy, como entonces, pero con mas confianza, repito con el orgullo del rey de una nación heróica: Voluntarios que generosos corréis al sacrificio, fijos los ojos en el cielo y en mi bandera, yo os admiro. Soldados de Pavía y de Bailén, que sois bastante ciegos para haceros mercenarios del extranjero, yo admiro también el valor de que habéis dado muestras. Yo os llamo a todos, porque todos sois españoles: la obra de redención, apenas da principio, y el mundo, lleno de admiración, os contempla; la revolución está espantada, y todos los hombres de bien se regocijan. Sí, aproxímase el día en que mis mas ardientes deseos se verán realizados. Asimismo, deseando la descentralización, tal como os escribí en mi manifiesto de 30 de junio de 1869, os lo digo públicamente hoy y de una manera solemne: Intrépidos catalanes, aragoneses, valencianos: Siglo y medio hace que mi ilustre abuelo Felipe V creyó deber borrar vuestros fueros del libro de las franquicias de la patria. Lo que él os quitó como rey, yo como rey os lo devuelvo, porque si fuisteis hostiles al fundador de mi dinastía, sois ahora el escudo de su legítimo descendiente. Yo os restituyo vuestros fueros, porque yo soy el campeón de todas las justicias. Para cumplir mi promesa, como los años no transcurren en vano, yo os convocaré y, de común acuerdo, podremos adaptar esas franquicias a las exigencias de nuestra época, y la España sabrá, una vez mas, que sobre mi pabellón en donde está inscrito este lema: Dios, Patria y Rey, están inscritas también todas las libertades legítimas.
Vuestro Rey: CARLOS
Frontera de España, 16 de Julio de 1872
En las imágenes podemos ver la portada del libreto “Asirse de un cabello”, al pretendiente don Carlos María de Borbón y Austria y el célebre dibujo en donde se pretende plasmar los sangrientos hechos ocurridos en la explanada de los Silos de Burjassot en el mes de marzo de 1837 donde el general Cabrera fusiló a 700 oficiales isabelinos.