Suárez Illana se perfila como candidato del PP por Madrid

Adolfo Suárez Illana, hijo del ex presidente del Gobierno, se ha instalado ya en la séptima planta de Génova, la más noble del edificio porque es donde están los despachos del presidente nacional y del secretario general. El despacho de abogados lo siguen llevando sus socios, pero él ha dado un paso al lado en la vida privada para dedicarse de lleno a la preparación de la nueva fundación del partido, Concordia y Libertad, y a la Convención Nacional, que está convocada para enero. La vuelta a la primera línea de Suárez Illana y su presencia diaria en Génova están sirviendo para «calentar» su nombre en las «quinielas» de candidatos por Madrid para las elecciones de mayo. Suárez Illana entró en política de la mano de José María Aznar, cuando le confirmó como candidato a la presidencia de la Junta de Castilla-La Mancha en las elecciones autonómicas de mayo de 2003. Los resultados no acompañaron entonces, y renunció a su escaño en las Cortes manchegas.

Desde entonces ha estado apartado de la política hasta que ahora con Pablo Casado ha vuelto de nuevo a la primera línea. De hecho, fue uno de los apoyos más simbólicos del líder popular en su campaña para hacerse con el liderazgo del partido después de que Mariano Rajoy se apartase, tras perder el Gobierno por la moción de censura. Y desde entonces siempre ha estado al lado del nuevo jefe de la oposición, aunque no forme parte de ninguno de los órganos de dirección del partido, ni en el Comité Ejecutivo ni en la Junta Directiva Nacional.

Mientras se prolonga la incertidumbre sobre las candidaturas a las elecciones autonómicas y municipales de mayo su nombre ha empezado a circular en las quinielas para la Alcaldía de Madrid. A la espera de que Génova se pronuncie, en el partido andan a ciegas porque no hay ninguna opción clara ni banquillo amplio sobre el que especular. Casado tanteó inicialmente al economista Manuel Pizarro, que acompañó a Mariano Rajoy como «número dos» de su lista en las generales de 2008, pero esta opción no prosperó porque Pizarro rechazó volver en estos momentos a la política en activo.

La decisión sobre las candidaturas por Madrid compete directamente a la dirección nacional, por lo que toda la presión descansa sobre la espalda de Casado ya que el resultado del partido en la capital tiene una inevitable lectura nacional y se medirá también en términos de acierto o desacierto de la cúpula nacional. Casado está estrechamente ligado a la organización regional madrileña, y ésta fue un apoyo decisivo en su candidatura al Congreso del PP de julio. La campaña de Casado en Madrid será muy intensa, igual que lo va a ser en Andalucía, pero con la diferencia de que en la capital las expectativas están colocadas más altas porque hasta 2015 siempre ha sido un bastión del poder territorial del partido.

Ante la trascendencia del resultado en Madrid en estas próximas elecciones autonómicas y municipales, en las filas populares hay quienes entienden que el partido debería intentar afrontar esas elecciones con algún golpe de efecto que ayudase a revitalizar la ilusión en la marca tras los casos de corrupción que se llevaron por delante el liderazgo de Esperanza Aguirre, y luego la crisis que le costó la salida de la Presidencia de la Comunidad a Cristina Cifuentes. A juicio de estos sectores, el «rearme» del PP de Madrid debería ir más allá del «efecto Casado», pero el problema es que las posibilidades «están bastante tasadas» y no hay «banquillo del que tirar». La previsión es que Génova ya no mueva ficha en la presentación de las candidaturas hasta después de las elecciones andaluzas, pero una vez que pase esa fecha será muy difícil que la dirección nacional pueda seguir conteniendo la presión interna para que desvele sus cartas. La falta de candidatos está convirtiendo al PP en una olla a presión porque a diferencia de anteriores elecciones, en estos comicios parten desde la oposición, no del Gobierno, en «plazas» muy importantes para el poder territorial del PP.

En la pelea por la Alcaldía de Madrid el PP contaba con Pablo Casado para hacer frente a Manuela Carmena, pero su elección como líder nacional les dejó con las manos vacías. El portavoz del PP en el Ayuntamiento, José Luis Martínez-Almeida, es de la cuerda del nuevo equipo de Génova, pero es poco conocido y hay dudas sobre su tirón electoral. Ángel Garrido, actual presidente de la Comunidad, nunca ha convencido del todo a la dirección.

Fuente: La Razón

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