El reloj apenas marcaba las doce del mediodía y el infierno se desató en Génova. Parte del Puente Morandi, de 1.182 metros de longitud y una altura de 90 metros, se desplomó causando al menos 39 muertos, entre ellos tres menores de ocho, doce y trece años, y también 16 heridos, algunos graves, convirtiéndose en uno de los peores accidentes de infraestructuras de los últimos años en toda Europa. El puente, situado en un tramo de la autopista de peaje A10 a su paso por esta localidad del noroeste del país, se encontraba en fase de remodelación desde el pasado mes de mayo. En la zona de Sanpierdarena, uno de los barrios más populares de la ciudad, las dos vías del puente en ambos sentidos cedieron en un momento en el que llovía con intensidad. El jefe de Protección Civil, Angelo Borrelli, señaló que «en el instante del colapso, entre 30 y 35 automóviles y tres vehículos pesados pasaban por allí».
Fuente: La Razón