Truño Okuda (o no hay mayor ciego que el que no quiere ver)
Vayamos por partes.
Okuda, acompañado por Latorre y Sanz ha conseguido plantar este año una autentico truño en la plaza del ayuntamiento. Un «desproposit» a todos los niveles.
Es cierto que no es la peor «falla» que se ha plantado. Es difícil superar a la del 2017 que no era más que un palo, pero según la opinión mayoritaria de los valencianos: «Esta por lo menos tiene colorines» «Una mierda… pero con colores»
A estas alturas, el concejal «festivalero», sr. Pere Fuset, ya estará haciendo gala de su nulo sentir democrático, y empezará a acusar a todos los que piensan distinto de «blaveros», incultos, fachas reaccionarios, ignorantes de pacotilla, viejales y ancianos decrépitos que no tienen ningún sentido artístico y que no saben valorar el «arte».
A estas alturas el edil «dicharachero» se habrá rasgado su chaleco fallero y clamará a la inquisición para que el año que viene seamos pasto de las llamas en la nueva «hoguera» fallera que montará.
Argumentemos.
ARTE.- ¡La falla de okuda es puro arte!
Cierto. Pero el arte es cualquier manifestación del ser humano destinada a comunicar, a veces con cierta calidad estética, a veces sin ella.
La verdad es que eso es mucho decir, verdaderamente el arte es la capacidad de hacer algo (RAE), aunque ese algo sea una autentica porquería.
Ciertos sectores suelen «santificar» el «ARTE» (así, con mayúsculas) como si cualquier exponente artístico fuera innegable «per se».
Lo cierto es que, aunque sean incapaces de reconocerlo, en el arte hay autenticas chapuzas, obras vomitivas exponentes de la mediocridad y la incapacidad del ser humano.
Hay música que es un truño, pintores que son un truño, películas que son un autentico truño, libros, esculturas, obras de teatro, etc, etc.
La porquería suele colarse en el arte con mucha frecuencia, aunque siempre haya una legión de meapilas empapados de «progresismo» que tal como ocurría en «EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR» se deshacen en alabanzas ante el artista y su séquito.
Es lo que tiene la ignorancia y la estupidez humana.
Tal vez okuda sea un artista. (algo muy cuestionable, dado que lleva «repitiéndose como una mala comida» desde hace ya demasiado tiempo).
Tal vez agradará ver la «obra» de Okuda a algunos («para gusto los colores» – nunca mejor dicho -)
Tal vez estemos todos ciegos y seamos unos lerdos, cazurros que no entendemos de nada… y mucho menos de arte.
Tal vez.
Pero lo cierto es que la mayoría de los valencianos hemos hablado en la votación que esta abierta en fallers.es y en otros medios. Hemos hablado a pie de «falla». Hemos hablado y hemos dicho que la falla de Okuda es un autentico truño.
INCULTOS.-¡LAS FALLAS SON ARTE!
Casi cierto. Las fallas son una representación artística, y como tal, tiene sus normas y códigos.
También la poesía es un arte, y a nadie se le ocurre poner a un poeta sobre un pedestal y pegarle fuego (bueno, eso ya se ha hecho y mejor que no demos ideas)
Las fallas tienen su código artístico, y gracias a el fueron nombradas por la UNESCO patrimonio de la humanidad, y gracias a el, millones de personas nos visitan desde todos los lugares del mundo, y gracias a el esta fiesta es lo que es.
¿Acaso alguien piensa que si todas las fallas de valencia fueran como la de okuda vendrían turistas a verlas ?
¿Seríamos patrimonio de la humanidad o seríamos el «hazmereir» del mundo?
Bueno.. no tanto.. a lo mejor seriamos como un «ARCO» de segunda. Todo lo más.
INDIFERENCIA.-¡La falla de okuda no deja indiferente a nadie y se recordará durante años, durante siglos!
Cierto. Cierto. Muy cierto. ¡QUE GRAN VERDAD!
Eso no vamos a discutirlo. Sería absurdo pensar que semejante porquería pueda caer fácilmente en el olvido.
ANTIDEMOCRATICOS.-EN REPRESENTACIÓN DE TODOS LOS VALENCIANOS.
Pues si. A estas alturas «Don Pere» nos habrá lanzado a la pira fallera para purificar esa manera de ser nuestra, ese sentido dictatorial y antidemocrático que nos hace erigirnos en la voz de todos los valencianos. «Usurpamos la voz de los valencianos» (nos lo ha dicho alguna que otra vez)
Pues bien. Evidentemente nadie puede hablar en nombre de todos. ¡Faltaría más! (lección que tal vez también «DON PERE» deba aprender cuando se viene arriaba al hacer sus manifestaciones)
Pero si que podemos hablar con la voz de la mayoría de nuestros lectores y de los valencianos.
De eso trata la democracia.
Las votaciones y los comentarios están ahí, en la encuesta sobre lo que te parece la falla del ayuntamiento de 2018 y en los comentarios mayoritarios en las redes sociales.
Lo elegante, lo cortes, lo ético y lo valiente es reconocer que con el dinero del contribuyente se ha plantado una falla que no ha gustado a la mayoría. Que se ha gastado el dinero y se ha elegido un proyecto que era una porquería. Que la «falla» no representaba a la mayoría del pueblo valenciano.
POLITIZAMOS. (Fase 1).- Somos de derechas. Fachas, viejos y caducos. Si el gobierno municipal fuera del PP estaríamos aplaudiendo la falla de Okuda.
¡¿En serio?!
A diferencia de otros, nosotros reconocemos un mojón nada mas verlo. Es lo que tiene la visión en perspectiva.
Fuera quien fuera quien gobernara, la falla de okuda es lo que es. Sin paliativos. Sin eufemismos. Un truño.
SEGUIMOS POLITIZANDO.- El jurado no está politizado.
Pere Fuset rebosa placer al recordar cada vez que puede que «el jurado que elige la falla grande municipal lo integran artistas falleros y diseñadores, escritores, una exfallera mayor, profesores de universidad a propuesta de la Federación de Fallas, la Asociación Profesional de Diseñadores Valencianos, el Gremio de Artistas Falleros, el Círculo de Bellas Artes y la Universitat de València.»
Hay que ser muy inepto para argumentar esto.
Pues muy bien. El año que viene que el jurado este compuesto por el gremio de fabricantes de «yo-yos» y tendremos un enorme «yo-yo» colgado de un dedo.
¿Donde ha quedado dar la voz a la ciudadanía?
¿Donde aquello de que sea la gente la que decida?
¡Con lo sencillo que seria exponer todos los proyectos y que los valencianos votaramos!
¡Ah! ¡Democracia, democracia… cuantos crímenes han cometido en tu nombre!
PRESUPUESTO.- Y ahora si que nos entra la risa.
La falla grande municipal ha costado 170.000 euros.
La falla de Convento Jerusalen, ganadora del primer premio… 200.000 euros
¿Cómo se ha repartido ese dinero?
¿Quien ha ganado más?
Seguiremos opinando. (Pese a quien pese)