El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se dejó ver, por fin, ayer desde que el pasado 29 de diciembre llegara a Lanzarote para pasar unas vacaciones junto a su familia en la residencia palacio de La Mareta, propiedad del Patrimonio del Estado.
Según fuentes locales, Sánchez salió para hacerse la «foto política» y se dio un corto chapuzón en las aguas atlánticas más próximas a la finca, lo que no deja de ser un acto de valor (o imprudencia) ya que en esta época del año hasta los hoteles de la isla climatizan el agua de las piscinas. Bañarse en la mar no es lo más recomendable y no sólo por la temperatura, sino por la fuerzas de las olas que, en muchos lugares, baten contra los riscos, muy peligrosos por su origen volcánico.
A diferencia de otros mandatarios, como el premier irlandés, Michael Higgins, que llegó a Lanzarote en vuelo regular, o el ex premier Cameron, que suelen pasar inadvertidos, Sánchez ha estado rodeado de unas importantes medidas de seguridad por tierra, mar y aire. Además de los agentes del servicio de seguridad de Moncloa, la Guardia Civil ha establecido varios círculos de control con el fin de evitar la presencia de intrusos. Incluso, se ha comprobado la identidad de los huéspedes de hoteles cercanos para evitar cualquier tipo de incidente.
Durante la estancia en la isla de Sánchez, también ha visitado Lanzarote el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, aunque las fuentes consultadas por este periódico, no pudieron precisar si se han llegado a reunir en algún momento. En cualquier caso, la prensa local se quejaba ayer de que Sánchez no hubiera tenido 15 minutos «libres» para recibir al presidente autonómico, Fernando Clavijo, que le quería informar de los incumplimientos con las islas en materia económica.
El presidente podría poner fin hoy a sus jornadas de descansa aunque, en principio, no tenía previsto regresar a Madrid hasta el domingo.
Según testigos presenciales, Sánchez apareció en el exterior de La Mareta, que cuenta con una playa particular y una piscina natural, además de otra en el interior, alrededor de las dos de la tarde (es conveniente en estas fechas hacerlo antes, aprovechando las horas de mayor calor ambiental). Apenas tuvo tiempo de empapar el bañador verde que lucía ya que, como se ha indicado, la temperatura del agua no permite grandes proezas. Iba acompañado de su perra «Turca», a la que se vio bajar del avión Falcón en el que llegó a Lanzarote y que tantos comentarios ha suscitado.
El complejo La Mareta cuenta con amplios jardines, varias piscinas, pista de tenis y de baloncesto.
Fuente: La Razón