A los equipos de Segunda División la Copa del Rey les ilusiona lo justo. Y si encima tienen que pasar por prórroga y penaltis con el calor de Cádiz, parece una travesía en el desierto. Para colmo, el Levante no tuvo premio y cayó eliminado desde los once metros, con un Jesús que se vengó por su pasado granota deteniendo tres lanzamientos. Un final dramático a una noche muy gris de los azulgranas. La segunda unidad, la de los jugadores no habituales, fracasó. El equipo ahora ya sólo se centrará en la Liga.
Como estaba previsto, Muñiz apostó por los menos habituales para el encuentro, entre los que destacaban Saveljich y Raúl Fernández, dos nuevos fichajes que debutaron en partido oficial, al igual que Rober Pier, y que como los demás, necesitan convencer al entrenador para ganarse la titularidad. Pero ninguno lo hizo.
Ante un recién ascendido como el Cádiz, el Levante quiso demostrar su potencial y controló el balón en el inicio. Incluso antes del primer minuto Martins estuvo a punto de marcar, y más tarde lo intentó desde lejos. Casadesús buscaba los espacios y Montañés trataba de desbordar por la izquierda. Se mostraban más activos los hombres de ataque granotas que el campeón de Europa Dani Güiza, estrella del conjunto amarillo. Aunque tras un mal despeje de Saveljich pudo marcar Sankaré a balón parado.
Y a partir de esa acción el dominio azulgrana se desvaneció, hasta vulgarizar el juego del equipo, que perdió la fortaleza exhibida en la Liga. No funcionaba la pareja formada por Verza y Lerma en el centro. El colombiano estaba desconocido en su vuelta a la titularidad, muy impreciso en los pases, sin imponerse, y el alicantino, lento y errático, tampoco era capaz de mover al equipo.
El conjunto de Muñiz se encontraba incómodo ante la presión gaditana, que en ocasiones resultaba excesiva, como en la dura entrada de Garrido, al que el árbitro le perdonó la expulsión tras dar una patada a Casadesús. Y para confirmar ese bache que estaba pasando el Levante, Güiza apareció de su letargo para adelantar al Cádiz con una volea que sorprendió a Raúl Fernández. La defensa, que jugaba junta por primera vez, falló en el marcaje tras un centro desde la izquierda y Toño dejó solo al delantero, que puso la eliminatoria cuesta arriba.
Aunque aún pudo quedarse un panorama peor con la salida en tromba de los gaditanos tras el descanso. A los 15 segundos Raúl Fernández tuvo que hacer dos grandes paradas, en especial la segunda, para detener sendos remates de los amarillos y evitar así un 2-0 que hubiera sido definitivo. Todo gracias al pasillo dejado por una defensa que evidencia un preocupante gran salto de calidad entre la zaga titular y la suplente que ayer jugó.
No había noticias del ataque granota. Como si Martins, Montañés y Rubén se hubieran quedado sin gasolina a los veinte minutos del encuentro. Desaparecidos y desganados. Lo que llevó a Muñiz a hacer los tres cambios de golpe. El de Xàtiva, con un golpe en el tobillo, fue sustituido por Espinosa para aportar más imaginación al juego ofensivo, Roger entró por Casadesús en busca del gol, lo que desplazó a Martins a la derecha, como en Soria. Y Campaña entró para tomar el mando en la creación, entrando en lugar de Saveljich, por lo que Lerma retrasó su posición a la defensa. Con media hora por delante el técnico echó mano de tres jugadores de su confianza para igualar la eliminatoria.
De inmediato surtieron efecto los cambios. Muñiz dio en la tecla, ya que los tres fueron protagonistas. Campaña habilitó a Espinosa, que filtró un balón de oro y Roger empató tras regatearse al portero. A la primera que tuvo el pistolero vio puerta, para rehacerse de sus errores en Tarragona. Pero tras el tanto desapareció, hasta que volvió para rozar el gol ya en la prórroga.
El encuentro estaba abierto, con llegadas a los dos áreas, ambos equipos cansados y nadie quería la prórroga. Pero fue imposible evitarla. Media hora de esfuerzo extra por delante con el depósito en reserva y tres titularísimos desgastándose de cara al partido del sábado ante el Zaragoza. El Levante especulaba en la primera parte y apretó en la segunda en busca del gol mediante Espinosa, mientras que el Cádiz de cuando en cuando se aproximaba al área. Ya nadie regalaba carreras en un balón largo. O surgía una ocasión de la nada, como la que Raúl le paró a Rubén Cruz, o el destino que todos deseaban era que llegasen cuanto antes los penaltis. Verza, Montañes y Campaña fallaron. Jesús fue el héroe. El que echó al Levante de la Copa.