Pedro Sánchez amenaza con convertirse en el presidente ausente. Ante la debilidad que sufre en la esfera nacional, se enfoca en su periplo exterior donde presume de fortaleza y desenvoltura a nivel internacional. Con apenas 84 diputados –insuficientes para aprobar los presupuestos con autonomía–, en el punto de mira de la oposición y con la problemática catalana candente, el líder socialista ha priorizado la agenda exterior sobre la interna. A excepción, eso sí, del tradicional viaje a Marruecos que realizan todos los presidentes del Gobierno españoles y que Sánchez todavía no ha agendado. No obstante, el jefe del Ejecutivo ha pasado el 20% de lo que lleva de mandato fuera de España, estos números se traducen en 13 países en 138 días. Un récord que no tardará el batir. Lo hará el próximo mes, cuando tiene previsto visitar 10 países y sumar más de 75.000 kilómetros a su cuenta personal. Esta hiperactividad exterior de Sánchez contrasta con la del Rey, a quien se ha relegado de la representación internacional en favor del presidente del Gobierno.
Hasta ahora Sánchez ha viajado a varios países europeos, su primera incursión fue a Francia para reunirse con Emmanuel Macron, una gira por cinco estados de Latinoamérica y un desplazamiento a Canadá y Estados Unidos, aparte de entrevistarse en Moncloa con diversos líderes extranjeros. Esta agenda se redoblará a partir de la segunda quincena de noviembre, cuando cruzará el Atlántico dos veces en menos de diez días. Asistirá a la XXVI Cumbre Iberoamericana los días 15 y 16 del próximo mes en Antigua (Guatemala» y solo cinco jornadas después viajará a Cuba (22 y 23 de noviembre). Se trata de una visita de gran relevancia, dado que desde que lo hiciera Felipe González en 1986, ningún presidente del Gobierno español había viajado de forma oficial a la isla. La agenda de la visita aún se está cerrando, pero a la espera de que se concrete si tendrá algún contacto con la oposición, fuentes diplomáticas aseguran a Efe que va a ser muy intensa e incluirá, además de una reunión con el presidente del país, Miguel Díaz Canel, un encuentro con empresarios españoles con intereses en la isla.
La siguiente parada internacional de Sánchez será el día 26 en la capital de Islandia, Reikiavik, donde se entrevistará con la primera ministra de este país, Katrín Jakobsdóttir. El día 30, estará de nuevo en América Latina, en concreto, en Buenos Aires, para participar hasta la jornada siguiente en la cumbre de líderes del G20. La agenda nacional le traerá de nuevo a España para seguir el día 2 de diciembre el resultado electoral de las elecciones en Andalucía. Es precisamente esta hiperactividad exterior la que le impedirá volcarse en la campaña andaluza de Susana Díaz, aunque esto no será un problema para la candidata, que ya dejó claro que quiere que la suya tenga un tono 100% andaluz, lejos de interferencias nacionales. Ya con los resultados de los comicios andaluces, Sánchez se trasladará a Polonia, donde participará al día siguiente en una reunión de líderes dentro de la Cumbre del Clima que se celebra en Katowice.
El 6 de diciembre el presidente cumplirá con sus compromisos nacionales en el aniversario a los 40º años de la Constitución, pero inmediatamente después volverá a hacer las maletas para viajar. Se espera su presencia los días 7 y 8 de diciembre en el Congreso del Partido Socialista Europeo que se celebrará en Lisboa para ratificar al candidato de esta formación política a presidir la Comisión Europea. Después, el día 10, hará su primera incursión en territorio marroquí para asistir a la cumbre sobre migración auspiciada por la ONU que tendrá lugar en Marrakech. A la espera de confirmación oficial, el 12 de diciembre Sánchez comparecerá en Estrasburgo ante el Parlamento Europeo, un compromiso que ya tenía en su agenda Mariano Rajoy antes de ser relevado por la moción de censura. Europa seguirá protagonizando la actividad internacional del presidente del Gobierno las dos jornadas siguientes, el 13 y 14 de diciembre, ya que asistirá en Bruselas en la última reunión del año del Consejo Europeo. Como último viaje previsto del año, aunque fuentes de Moncloa no descartan que se pueda agendar algún otro, destaca también en clave europea la cumbre de líderes que tendrá lugar el 18 de diciembre en Viena.
En el primer trimestre de 2019 deberá compatibilizar sus esfuerzos por aprobar los presupuestos con su asistencia al foro económico de Davos, del 22 al 25 de enero, y a El Cairo el 24 y 25 de febrero. Entre los viajes que se barajan próximamente se encuentra también una visita a México para reunirse con el nuevo presidente del país, Andrés Manuel López Obrador y una futura gira por Asia.
Fuente: La Razón