Los trabajos se llevarán a cabo durante el próximo año con un presupuesto total de 425.000 euros
Dos tapones urbanísticos de la ciudad se abrirán durante el próximo año a través de un proceso de gestión urbanística de iniciativa pública, con la aprobación de dos programas de actuación aislada (PAA) que impulsa la Delegación de Desarrollo Urbano.
El concejal delegado del área, Vicent Sarrià, ha anunciado que los presupuestos municipales para 2017 incluyen una partida de 425.000 euros para tramitar estos dos PAA, 380.000 euros para la apertura de la calle Baeza esquina con Agustín Lara en el barrio de Orriols y 45.000 euros para el de la calle de San Vicente Mártir esquina con Amparo Iturbi.
El primero de ellos permitirá abrir una calle taponada por un antiguo restaurante que impide conectar la calle de Agustín Lara con la avenida de la Constitución. Los vecinos conocen este espacio como «agujero de la vergüenza» porque para comunicarse entre las calles Baeza y Agustín Lara lo hacen a través de un agujero en la pared.
Aunque la delegación ha mantenido reuniones con la entidad financiera propietaria de la mayoría de los terrenos para que impulsaran cuanto antes el programa de actuación integrada que permitiera la apertura de la calle y su urbanización, este procedimiento todavía lleva un cierto retraso, a pesar de que recientemente se han inscrito como agrupación de interés urbanístico en el registro creado hace dos meses por el Ayuntamiento, ha informado la corporación en un comunicado.
«Hemos creído conveniente impulsar de manera paralela el programa de actuación aislada de iniciativa pública», ha señalado Sarrià, ya que incorpora los solares edificables anexos a los viales que hay que abrir, y para ello se dispone de 380.000 euros, que el Ayuntamiento recuperaría cuando se giren las cuotas de urbanización, pero este procedimiento agilizaría los trámites y, si es posible, a finales de 2017 la calle podría estar abierta.
En el supuesto caso de que el PAI de iniciativa privada, que incluye la totalidad de los terrenos, tuviera un recorrido rápido, el Ayuntamiento retiraría el suyo, ya que el objetivo es que se abra la calle y se acabe con uno de los conflictos urbanísticos más conocidos en la ciudad, que durante 24 años el anterior gobierno municipal ha sido incapaz de resolver.
San Vicente y Amparo Iturbi
El segundo de los programas permitirá la construcción de un solo edificio y el retranqueo de la acera de la calle San Vicente y Amparo Iturbi, que los vecinos reclaman desde hace años, y que han denominado «la acera de la muerte» porque es una calle con mucho tráfico y aceras estrechas.
Se trata de un solar con dos propietarios y un único edificio sobre el mismo, y la legislación urbanística exige que para realizar un PAA de iniciativa privada es necesario disponer de la propiedad de la totalidad de la parcela. Al tratarse de dos propietarios, nunca se han puesto de acuerdo, por lo que la única alternativa es promoverlo de oficio por la Administración.
«Hasta ahora no se ha querido impulsar este programa de iniciativa pública por parte de los anteriores gobiernos municipales», ha manifestado Sarrià, cuando la solución vendrá por adelantar en el presupuesto 45.000 euros y después girar las cuotas de urbanización a los dos propietarios, para que a finales de 2017 las aceras sean más amplias y seguras.