El PP critica la imagen de suciedad de la ciudad y estima que el ahorro en el gasto ronda los 400.000 euros al no desbrozarse los árboles
La falta de empleo de herbicidas desborda los hierbajos en miles de alcorques
La primavera ha llegado y los alcorques de Valencia se han llenado de matorrales. La decisión de la concejalía de Parques y Jardines de no utilizar pesticidas para erradicar las hierbas ha provocado una imagen que se repite en casi todos los barrios, en algunos casos prácticamente de abandono.
Valencia cuenta con más de 60.000 alcorques, según el dato facilitado por el gobierno municipal al grupo popular, donde la concejal Lourdes Bernal subrayó ayer la falta de gestión a la hora de abordar este problema.
«Sucede tanto en alcorques de las calles como en el arbolado que hay en los jardines. Me consta que en la última Feria de Primavera, en el jardín de Viveros, tuvieron que advertir al Ayuntamiento de los problemas que había por el riesgo de tropezones y caídas», aseguró la edil.
La cuestión es sencilla y se explica en una respuesta de la concejalía el pasado marzo a Bernal, quien preguntaba si la prueba realizada en algunas calles del entorno de Viveros en 2016 iba a tener continuidad. «Pasar de unas alineaciones de arbolado con la tierra muerta y empedernida (sic) por el uso de herbicidas a una tierra más permeable y viva. De esta manera mejoramos la vida del arbolado de nuestras calles», se indica en una respuesta donde se indica que «no se trata de un experimento de biodiversidad. Básicamente es un cambio de concepto».
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El problema es que «básicamente» los matorrales llegan en los alcorques a casi un metro de altura y atrapan basura de todo tipo, que los barrenderos no pueden retirar de una manera tan sencilla como antes. O sea, que se queda en el lugar.
Bernal citó como ejemplos alcorques en la ronda norte, en las inmediaciones del instituto Rascanya-Antonio Cañuelo. También en la calle Pintor Genaro Lahuerta se produce este fenómeno, así como en calles aledañas a la avenida Baleares, por citar sólo tres casos.
En otra de las respuestas de Parques y Jardines se indica que «se desbrozan todos los alcorques cuando la vegetación llegue a un volumen excesivo. Se pretende una colonización de plantas naturales o sembradas que ejerza una función de ventilación de la tierra, mejore su drenaje y suponga un mejora de la biodiversidad humana».
Acerca de la frecuencia con la que se retiran los matorrales, se plantea que «depende del tipo de vegetación espontánea, pudiendo ser de tija alta o rastrera». Además, se precisa que también depende del riego, dado que si es localizado acumula más vegetación. En la prueba realizada en el barrio de Trinidad, después de los primeros trabajos se decidió reducir la muestra a unos 150 alcorques en las calles y 80 en el interior de los jardines de Viveros.
Bernal pone el acento en la reducción de costes que supone la falta de desbroce. Pese a que en la respuesta de la concejalía gestionada por Pilar Soriano se indica que «la tarea de control de los alcorques no comporta economía respecto al mantenimiento con la tierra muerta que se hacía hasta hace poco», la edil popular no está de acuerdo.
«Si no se desbrozan los alcorques, eso supone un ahorro en el gasto, ¿En qué se emplea?», se preguntó. Teniendo como base el pliego de condiciones, estimó que la reducción de costes puede superar los 400.000 euros en el total de la ciudad. «Se supone una vez más que sirve para mejorar otros jardines», comentó.