La imagen de la Virgen de los Desamparados tiene su Basílica en la Plaza de la Virgen, en el mismo centro histórico de Valencia y junto a la Catedral. Hay otra imagen de la Virgen de los Desamparados, llamada la Peregrina que viaja por distintos barrios, asociaciones o entidades de Valencia y preside los actos allá donde es solicitada. Esta imagen sería realizada por el escultor valenciano Octavio Vicent en 1966 y mide 1 metro 33 cm.
La Virgen de los Desamparados recibe el nombre cariñoso de la «geperudeta» (lease cheperudeta), cuya traducción al castellano sería jorobadita. Ello obedece a una ligera inclinación hacia adelante que le hace parecer tenga una pequeña joroba en la espalda.
El origen de la devoción a la Virgen de los Desamparados está intimamente unida al nacimiento en 1410 del primer hospital de locos del mundo, conocido como «Hospital de Ignoscents, Folls e Orats». La institución hospitalaria fue puesta bajo el patronato de la Virgen María.
Los orígenes del Hospital fueron modestos, pues su mantenimiento corría a cargo de los fundadores y de las limosnas. El 11 de marzo de 1413 se aprueba la creación de una cofradía y el 1 de agosto de 1414 el rey Fernando de Antequera firma el privilegio de fundación de la Cofradía de «Nostra Dona Sancta Maria dels Ignoscents», entre cuyos objetivos se encontraba, la asunción del costo del mantenimiento del hospital, ayudar y servir a los dementes, enterrar los cadáveres de los ajusticiados y los desconocidos y acompañar a los reos de muerte hasta el cadalso. Con el tiempo se irían asumiendo más obligaciones: amparar a los desamparados, a los niños expósitos, presos, dotar a doncellas pobres y proteger a las «fembres pecatrius del bordell» (prostitutas). En este mismo año de 1414 Lorenzo Salom uno de los promotores de la creación del Hospital de Folls obtiene del papa Benedicto XIII el privilegio de fundación de la cofradía.
El 5 de octubre de 1416, el rey Alfonso el Magnánimo firma un Real Privilegio autorizando la construcción de una imagen para la Cofradía. En 1417 tenemos la primera noticia de la existencia de una imagen perteneciente a la cofradía y en 1426 en uno de los inventarios de la Cofradía consta «la imatge que va sobre los cosos» (imagen que va sobre los cuerpos) en clara alusión a una imagen que se colocaba sobre los cuerpos de los difuntos. En 1451 otro inventario recoge con más exactitud dicha imagen: «Imatge de la Verge María e ab los Jhs al bras ab la creu al coll e Ignocents al peus e dos angels»
La imagen iría tomando con el paso del tiempo el nombre de «Nostra Dona Sancta María dels Ignocents» al que se añadía en ocasiones también «dels folls» (locos), pero en 3 de junio de 1493 por un Real Privilegio del rey Fernando el Católico se decidió que a partir de ese momento la imagen fuera intitulada como «Nostra Dona dels Desamparats».
La imagen de la Virgen de los Desamparados se guardaba en la Capilla del Capitulet donde se le daba veneración. A consecuencia de la epidemia de peste de 1647, el aumento de fieles a la capilla aumentó considerablemente por lo que la Cofradía trasladó la imagen a una de las capillas situadas en el exterior del ábside de la Catedral de Valencia, en la conocida actualmente como Capilla dels Tapiners y frente a la plaza de la Seo (actual plaza de la Virgen). Para entonces la Basílica de la Virgen no se había empezado a construir, esta sería finalizada veinte años después, en 1667.
Según una tradición piadosa, la imagen de la Virgen de los Desamparados la hicieron los ángeles. Esta nos cuenta como la Cofradía del Hospital solicitó al padre Jofré les proporcionase una imagen representativa de la Cofradía y del Hospital. En esas circunstancias tres peregrinos se presentaron a fray Gilabert Jofré y se ofrecieron a esculpir la imagen en tres días. Estos sólo le pidieron que les dejaran un lugar para trabajar y que nadie les molestaran mientras durara el trabajo. Los peregrinos se instalaron en una pequeña capilla (la actual Capilla del Capitulet) y cumplido el plazo, al cuarto día, se presentó el fraile en la capilla y no encontró a los peregrinos que habían desaparecido pero quedaba la imagen de la Virgen que habían tallado. El pueblo enseguida interpretó que los peregrinos eran ángeles y que la imagen «els feren els àngels».
La iconografía actual, tal y como la podemos ver hoy día en su Basílica, es una imagen de pie, con la tradicional curvatura de su espalda y con el rostro mirando hacia abajo. Porta un ramo de azucenas y una rosa (símbolos de pureza) en su mano derecha y al Niño Jesús en el brazo izquierdo. El Niño lleva una cruz apoyada sobre su hombro (en alusión a que porta el peso de los pecados de los hombres sobre si). Dos niños arrodillados (Santos Inocentes mártires) enfrentados y con las manos juntas dirigen su mirada hacia el rostro de la Virgen, mientras que el manto de la Virgen les da protección y amparo. Por detrás de su cabeza vemos el nimbo formado por una aureola de estrellas (Apocalipsis de San Juan), además porta la corona que la proclama Reina de los Cielos. Se cubre con un gran manto a modo de casulla bordada con hilos de oro que le cubre hasta los pies.
De siempre la Virgen de los Desamparados ha llevado en su vestido y en sus manos innumerables joyas, donaciones de valencianos que han querido honrar a su patrona. En la última restauración que se ha llevado sobre la imagen se ha decidido suprimir la gran mayoría de estas joyas y que las mismas sean guardadas y depositadas en el Museo de la Basílica.
La curvatura de su espalda a la que hemos hecho referencia, obedece como ya hemos indicado, a que la imagen en origen era puesta sobre los féretros de los ejecutados, en posición yacente y con un almohadón bajo su cabeza. Cuando descansaba en su capilla, era colocada de pie y adoptaba la postura que hoy podemos observar. A pesar de la peculiar curvatura de su espalda la imagen empezó a ser muy querida por el pueblo valenciano porque entre otras cosas da la sensación que la Virgen mira al pueblo que se postra a sus pies.
Se da la circunstancia que la imagen de la Virgen de los Desamparados es de las pocas que han sido creadas ex-profeso para un cometido, la mayoría de las Vírgenes que a lo largo y ancho de España son adoradas, han aparecido de una u otra manera milagrosamente y rodeadas de un aurea sobrenatural. Tal vez por esta circunstancia tan poco sobrenatural, es cuando en el siglo XVIII surgió la leyenda que ya hemos comentado de que la hicieron los ángeles.
Entre los nombramientos que tiene la Virgen de los Desamparados destacamos la de ser: Generalísimo de los ejércitos españoles desde 1810, por eso en ocasiones puede ser vista con fajín de general y vara de mando. El 21 de abril de 1885 el papa León XIII proclamó a la Virgen como patrona de la ciudad de Valencia. En 1954 es nombrada Alcaldesa honoraria y perpetua de Valencia, y en 1961 el papa Juan XXIII la proclama Patrona primera y principal de toda la Región Valenciana (hoy Comunidad Autónoma).
El 15 de Octubre de 1921 el papa Benedicto XV a instancias del cardenal arzobispo de Valencia don Enrique Reig Casanova concede el privilegio de coronación de la Virgen. Esta se realizaría solemnemente el 12 de mayo de 1923 con la asistencia del rey Alfonso XIII y su esposa, siendo coronada la imagen por el cardenal don Enrique Reig y haciéndole entrega de la corona el alcalde de Valencia don Juan Artal, declarándola por tanto reina de los cielos y de la tierra. Para esta efemérides se escribió el himno de la coronación que hoy es himno oficial de la Virgen de los Desamparados.
Durante la Guerra Civil Española (1936-1939), la Basílica de la Virgen fue asaltada en la tarde del martes 21 de julio de 1936 y la imagen de la Virgen sufrió grandes daños. El entonces alcalde republicano José Cano Coloma escondió la imagen detrás de un muro del Archivo Histórico Municipal y allí permaneció hasta el fin de la guerra. Al finalizar la contienda fue restaurada por el imaginero José María Ponsoda Bravo pero la restauración no gustó por no parecerse a la imagen anterior y se encargó en 1947 una segunda restauración al escultor Carmelo Vicent Suria junto con Vicente Balaguer Alhambra.
La festividad de la Virgen de los Desamparados se celebra siempre el segundo domingo de mayo