A un mes de la salida oficial de Reino Unido de la UE, el Brexit se encamina hacia una inexorable prórroga. El martes abrió la puerta el Gobierno de Theresa May y ayer lo respaldó el Parlamento de Westminster. La enmienda de la laborista Yvette Cooper y el «tory» Oliver Letwin, fue aprobada por 502 votos a favor frente a 20 en contra de los euroescépticos. Pedían la ampliación de plazos si no hay acuerdo para evitar un divorcio caótico.
Mientras, Jeremy Corbyn mostró ayer formalmente su apoyo a un segundo referéndum después de que la Cámara de los Comunes rechazara su propuesta para dejar a Reino Unido en una unión aduanera y alineado con el mercado único tras la salida de la UE. El líder laborista presentó una enmienda en una sesión parlamentaria en la que los diputados debatieron el rumbo que debe tomar el tortuoso proceso de divorcio. La enmienda fue rechazada por 323 votos en contra frente a 240 a favor. Con todo, al cierre de esta edición, el veterano político aún no había revelado cuál será ahora su estrategia para pedir una nueva consulta.
En los próximos días, Corbyn podría presentar una enmienda propia solicitando expresamente un segundo plebiscito o podría apoyar la propuesta de Peter Kyle y Phil Wilson. Cuando tenga lugar la votación clave del acuerdo de retirada, estos dos diputados laboristas plantearán que Westminster ratifique el documento si la «premier» se compromete a someterlo luego al escrutinio de la ciudadanía. De ser aprobada, esto podría implicar una extensión del artículo 50 de, como mínimo, seis meses.
Por su parte, los independentistas escoceses del SNP y galeses del Plaid Cymru propusieron que, en ningún caso, Reino Unido abandone la UE sin pacto, «independientemente de la fecha de salida». La enmienda fue rechazada por 324 votos en contra frente a 288 a favor. Algunos diputados temen que si finalmente hay prórroga para después del 29 de marzo y las cosas vuelven luego a complicarse, el país deje el bloque en julio sin un pacto a fin de no tener que formar parte del nuevo Parlamento Europeo que salga de las elecciones europeas del 26 de mayo.
Contra el reloj
En un principio, la sesión se planteaba como otra pesadilla para May. Varios miembros de su Gabinete habían amenazado con revelarse y apoyar la propuesta de Cooper y Letwin para evitar un Brexit a las bravas. Sin embargo, la propuesta perdió todo su peso después de que la «premier» anunciara el martes precisamente el mismo plan, a fin de evitar la rebelión de sus ministros europeístas.
La líder «tory» sigue determinada a conseguir por parte de la UE algún tipo de cambio en la salvaguarda para evitar frontera una dura en Irlanda. El polémico «backstop» fue el principal escollo por el que sus señorías rechazaron en enero el acuerdo de retirada que había cerrado con los Veintisiete. La «premier» se ha comprometido a volver a presentar el pacto en la Cámara Baja para una nueva votación antes del 12 de marzo. Pero, adelantándose a la que podría ser una nueva derrota histórica, ha anunciado que si no hay consenso a favor del documento, los diputados podrán votar, como muy tarde el 13 de marzo, sobre si quieren una retirada del bloque sin acuerdo. Y en caso de que esa segunda opción tampoco prospere, sus señorías podrán decidir, el 14 de marzo, si solicitan una prórroga del Brexit, que sólo será posible si los Veintisiete la apoyan por unanimidad.
Fuente: La Razón